El próximo 27 de septiembre será en nuestro país el Día el Turismo y probablemente sea una fecha agridulce. En principio, muchos de los operadores y encargados de ofrecer servicios turísticos no pueden trabajar por la pandemia y el aislamiento indicado por el gobierno nacional. Para colmo, algunos de los territorios que habilitaron el turismo regional debieron suspenderlo por darse casos de coronavirus. Con esta perspectiva, y aunque ya se oficializaron los protocolos para alojamientos, transportes y actividades, en verdad no se sabe cuándo los argentinos podremos recorrer el país. Micros de larga distancia y vuelos de cabotaje esperan la venia del Presidente de la Nación para volver a circular, quizás en octubre y si los gobernadores aceptan la llegada de viajeros. Todo está en el aire, suspendido como las partículas del Covid-19.
En el medio de esta situación lamentable desde todo punto de vista (nosotros porque no podemos salir y ellos porque no pueden recibirnos) en una sesión políticamente conflictiva, la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que es consecuencia directa de haber declarado la emergencia del sector. Ya está vigente la Ley de Sostenimiento y Reactivación Productiva de la Actividad Turística Nacional, que aligera la carga impositiva de las empresas y prestadores a la par que se establece un régimen de preventa que consistirá en el reconocimiento, por parte del Estado Nacional, de un crédito a favor de las personas en compras efectuadas hasta el 31 de diciembre de este año, para usufructuar los servicios adquiridos durante el año 2021, aportando un 50 % del gasto en créditos que podrán ser utilizados a partir de 2021 únicamente para la adquisición de servicios turísticos brindados dentro del territorio nacional y ofrecidos por parte de las empresas o establecimientos.
Con el objetivo de incentivar la demanda, se establece un bono fiscal vacacional para las familias cuyos ingresos mensuales no superen el equivalente a cuatro salarios mínimos, por única vez, para su uso dentro del país. Además crea el programa Turismo para Personas Mayores con el objetivo de sostener la actividad turística de los destinos del país durante la temporada baja, en el marco de la realización de los viajes como actividad preventiva de la salud y para el bienestar de las personas mayores. Y crea un programa de financiación de los paquetes turísticos de viajes de turismo estudiantil con destino nacional mediante una línea de crédito específica del Banco Nación.
Del mismo modo pone atención en los servicios contratados para ser disfrutados durante los cinco meses que llevamos de aislamiento, tanto para agentes de viajes, establecimientos hoteleros de alojamiento temporario y empresas de transporte -en cualquiera de sus modalidades- tendrán varias opciones para compensar a sus clientes: la reprogramación de los servicios respetando la estacionalidad, calidad y valores convenidos, dentro de un período de 18 meses posteriores al levantamiento de las medidas restrictivas de circulación; la entrega de vouchers de servicios para ser utilizados en el mismo período y que podrán ser transferibles a terceros; el reintegro del monto abonado mediante el pago de tres a seis cuotas iguales, mensuales y consecutivas.
Prestadores
La lista de los servicios y proveedores es amplia y vale la pena detallarla: alojamiento en camping y/o refugios de montaña, hoteles, hosterías, cabañas bungalows, aparts y residenciales (excepto por hora), estancias y albergues juveniles y servicios en apartamentos de tiempo compartido; agencias de viajes: empresas y agencias de viajes y turismo, y de pasajes; transporte aerocomercial de cabotaje, terrestre de larga distancia y servicios de excursiones y/o traslado de trenes especiales, excursiones lacustres, fluviales y marítimas; transporte automotor de pasajeros para el turismo, alquiler de equipos de transporte terrestre sin operación ni tripulación y sus terminales; servicios profesionales de licenciados, técnicos y guías de turismo, instructores de algún deporte vinculado a la actividad turística (permanentes y/o estacionales); centros: de esquí, de pesca deportiva, de turismo salud, termal, aventura, ecoturismo: alquiler de bicicletas, motocicletas, equipos de esquí, kayaks y otros artículos relacionados con el turismo; bodegas, jardines botánicos, zoológicos y parques nacionales, de diversiones, temáticos, entretenimientos, recreativos, esparcimiento y ocio, explotación de playas, museos y preservación de lugares y edificios históricos; servicios vinculados a la organización de ferias, congresos, convenciones y/o exposiciones, alquiler y explotación de
inmuebles y equipamiento para este tipo de reuniones; gastronomía: cafés, bares y confiterías, restaurantes, cantinas, con y sin espectáculo; actividad comercial en terminales de aeropuertos, parques nacionales y zonas francas que dependan del turismo.
También se asocian a esta medida los servicios y productos que dependen directamente de las visitas como salones de baile y discotecas; regionales (la cadena de elaboración del chocolate, helados, alfajores, cervezas artesanales y otros comestibles); venta de artículos y artesanías, antigüedades, talabartería de cuero, plata, alpaca y similares; e incluso los cines, la producción de espectáculos teatrales y musicales, que habitualmente se ve reflejado en festivales que se hacen a lo largo del año y de temáticas de lo más variada.
Ahora falta que sea reglamentada para que se implemente su aplicación, y dependerá principalmente de lo que instrumente el Jefe de Gabinete, según lo que establece el texto de la ley. Y también falta que el Presidente permita el movimiento de micros de larga distancia y vuelos de cabotaje para que las personas puedan moverse por el territorio argentino, tanto por necesidad como por placer, un punto que se viene postergando demasiado. Otra cosa que queda por resolver es qué va a pasar con el Aeropuerto de El Palomar, usado por las empresas low cost, la situación más incierta de todas las relacionadas con el turismo.
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