Con la época estival comienzan los deportes acuáticos, entre ellos el uso de las motos de agua y los jets ski. Si bien se puede discutir acerca de si las motos de agua pueden ser consideradas buques, conforme a lo indicado en el RIPPA (Reglamento Internacional para Prevenir Abordajes), la Prefectura Naval Argentina los define como artefactos acuáticos deportivos e indica normas específicas para su uso.
Para conducirlas se debe tener la habilitación mínima exigida por Prefectura, que es la de conductor náutico, y que sólo pueden gestionarlas los mayores de 18 años, o sea que los menores no están habilitados legalmente para conducirlas.
En cuanto a las distancias, no existe un límite definido de navegación, ya que eso dependerá de la habilitación náutica de quien las conduzca, aunque sí se fija un límite de cinco millas de alejamiento de las costas con una aclaración: en las zonas costeras del mar, la Prefectura podrá modificar esta limitación conforme a las condiciones meteorológicas u otras razones.
Ahora bien, como en toda actividad, hay mitos y costumbres que no son exactos. Por ejemplo, cuando alguien dice: “Mi hijo, que tiene menos de 18 años, puede navegarla bajo mi responsabilidad”. En realidad, una sola cosa es cierta, la responsabilidad es del dueño, que puede no ser el padre, pero bajo ningún concepto un menor puede pilotear estos artefactos. En caso de que lo haga, el dueño se hace acreedor de las multas y responsabilidades por lo que suceda.
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En cuanto a la compra-venta, deben seguirse los mismos pasos que con cualquier otra embarcación y hacer la transferencia ante la Prefectura, recordando que, en caso de no realizarla, las responsabilidades atinentes a cualquier suceso que se produzca recaerán sobre el propietario original.
Primeras consideraciones
Antes de comenzar a usar una moto de agua o jet ski hay que considerar algunos aspectos:
-En cuanto a la seguridad, no debemos equivocarnos en el manejo de los distintos controles del manillar, hay que familiarizarse con ellos antes de salir.
-El dispositivo de hombre al agua detendrá la moto en caso de caída del conductor. Es fundamental llevarlo colocado.
-Antes de salir, practicar a velocidad reducida durante un tiempo, hacer ochos y tomarle confianza al aparato a distintas velocidades.
-En nuestro Delta, los usuarios saltan cortando la ola a 90°, esto lo hacen normalmente en zonas donde hay mucho tránsito de embarcaciones. Una caída al agua del conductor o del pasajero puede hacer que sea embestido por la embarcación que viene atrás, que puede no verlo. En los cruceros siempre hay un ángulo muerto cerca de la proa que es la zona ciega.
-La aproximación a zonas de playas debe hacerse con especial cuidado y atención, procurando no atropellar a los bañistas (sucede con más frecuencia de lo que se cree). Buscar los lugares delimitados por los municipios, por lo general bastante separados de la gente.
-Cuando uno conduce a alta velocidad, la escasa visibilidad es un tema a considerar. El spray que se desprende de la embarcación que nos precede produce un dolor muy intenso en la cara y en los ojos. Es conveniente usar antiparras para protegerse.
-Resulta fundamental conocer por dónde se navega y evitar sectores de baja profundidad. En caso de varadura, la moto o jet ski se desplazará un buen trecho sobre una zona con poca profundidad, con lo cual difícilmente pueda ser rescatada por otras personas. Además, al varar, la desaceleración es muy brusca y se puede salir despedido con fuerza hacia adelante, con los consecuenrtes daños corporales. Y si lo que golpea es la cabeza, esos daños serán mucho más graves porque se cae en una zona poco profunda.
-Los muelles también son un problema. En los riachos del Delta, sobre todo cuando se gira a alta velocidad, es probable desplazarse de costado horizontalmente, perdiendo el control y pudiendo chocar.
-Los restos de muelles y troncos a flor del agua son otros de los obstáculos más comunes. Golpear contra uno de ellos puede ocasionar severas heridas.
-No es conveniente navegar solos. Ante las dificultades para obtener señal de celular y el hecho de no llevar VHF, cualquier problema puede significar quedar abandonados sin la posibilidad de solicitar ayuda. Las señales con las manos muchas veces se confunden con otras expresiones.
-Al final del día es común ver barcos que traen las motos a remolque. El largo del cabo debe ser del mínimo que nos permita navegar y maniobrar con seguridad, porque al atardecer es factible que ese cabo no sea visto por otros navegantes y ocasione una tragedia en caso de que sea embestido por una lancha u otra moto de agua. Por eso además es conveniente ponerle boyas. Las razones: una para que se vea a lo lejos; la otra, para que en caso de que el cabo toque el agua no se hunda y, de esa forma, evitar que se enrede en las hélices del propio barco.
-La vestimenta del conductor debería ser un traje de neoprene que, además de resguardarlo del frío, lo proteja en caso de que caiga de la moto a velocidad para lastimarse menos.
-Carga de combustible: cuidar de no derramar nafta en el sector del motor porque podría provocar una explosión.
-En caso de que la Prefectura nos detenga, la documentación exigida será: carnet habilitante, DNI y matrícula original. Si el artefacto no es de nuestra propiedad, también un permiso de manejo expedido por escribano y posteriormente colegiado. En ambos casos se suman todos los elementos de seguridad. Tener en cuenta que, como organismos de contralor, pueden efectuar tests de alcoholemia y que, en caso de ser positivos, nos multarán y secuestrarán el artefacto.
-Estos artefactos superan los 120 km/h y son para varias personas. Es por ello que deben ser usados con racionalidad, más aún cuando vayan las familias. Nunca sobrepasar la cantidad máxima que pueden transportar.
Lo señalado hasta acá son las medidas de seguridad que los que conducen estos artefactos deben contemplar. Ser siempre respetuosos de los demás y evitar hacer oleaje innecesario en zonas de fondeo y amarre. Recordemos que el conocimiento y la seguridad son la diferencia entre un buen y un mal momento. Disfrutemos lo que el Delta y el mar nos dan.
Nota completa en Revista Weekend del mes Diciembre de 2018 (edicion 555)
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