Preocupados por los intensos temporales y huracanes que en los últimos años se han desatado sobre la ciudad de Nueva York, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos ha presentado un inédito proyecto: la construcción de un muro en el mar para evitar que la Ciudad de Las Luces se inunde y corra riesgo de desaparecer por culpa del cambio climático.
Según informaron desde el mencionado organismo militar al diario Times, la gigantesco pared marina tendría una extensión de 10 kilómetros y estaría compuesto por un sistema de compuertas que, al cerrarse, serían capaces de frenar el avance de las aguas hacia la capital norteamericana.
La infraestructura se construiría lejos del núcleo urbano, en la parte más exterior de la bahía de Nueva York, por lo que ésta sería invisible desde Manhattan y protegería a millones de personas, además de los importantes monumentos y avenidas de la ciudad.
Su construcción demandaría una inversión cercana a los 119.000 millones de dólares y 25 años de obras. O sea que recién podría entrar en funcionamiento a comienzos del año 2046.
Voces en contra
Pero, tal como era de esperar, apenas se dio a conocer el anuncio de su posible construcción, hubo numerosas voces en su contra, ya que muchos expertos advirtieron que soluciones como este gigantesco muro marino en las aguas de Nueva York no solo no servirían de nada frente a las tormentas torrenciales sino que, por el contrario, el agua de la lluvia quedaría atrapada dentro de la ciudad, lo que pondría en serio peligro los planes de restauración ecológica que se están llevando a cabo en la ciudad de Nueva York y en sus alrededores.
Además, destacaron que con el muro cerrando la ciudad al fondo, las alcantarillas no podrían expulsar las aguas residuales, lo que provocaría que los neoyorquinos queden atrapados entre sus propios residuos.
Por su parte, el Cuerpo de Ingenieros aseguró que, aunque la construcción del muro marino es la opción que más aceptación tuvo en la opinión pública, existen otras cuatro propuestas que también podrían ayudar a proteger a la ciudad. Tres de ellas implican diferentes combinaciones de pequeños diques en las bocas de varias vías fluviales de la ciudad de Nueva York, mientras que la cuarta y última alternativa incluye solo medidas en tierra.
“Las barreras son un objeto brillante, pero son una solución única que nos aleja de donde necesitamos ir. El peligro de un gran muro es que si algo falla, todos estamos en peligro. Necesitamos soluciones en capas”, comentó Paul Gallay, titular de Riverkeeper, un grupo de defensa del río Hudson que desemboca en la ciudad, al Times.
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