Tanto en el caso de un automóvil nuevo como de uno viejo, las
inspecciones periódicas son sumamente importantes para mantener el
vehículo en óptimas condiciones. Antiguamente, el kilometraje era un
criterio para llevar el coche al taller. Hoy en día, casi todos los
automóviles informan a través de distintas señales en el tablero si
algún componente necesita ser revisado o reemplazado.
Honda Navi, una moto económica
”No existe un automóvil que no necesite un mantenimiento con cierta
regularidad y la inspección periódica es importante para garantizar
la seguridad del vehículo”, indica Dietmar Clysters de la Asociación
Alemana de la Industria del Automóvil (ZDK).
”Generalmente se hace una distinción entre inspecciones de menor o
mayor alcance”, explica Herbert Engelmohr del Automobil Club de
Alemania (AvD). La primera, es una inspección básica del aceite del
motor, líquido de frenos y agua. Si es necesario, se realiza un cambio
de aceite y del filtro de aire. Asímismo se revisan los neumáticos. ”En una revisión más exhaustiva también se verifican los ejes, la carrocería, el motor y la transmisión”, señala Engelmohr.
Según la marca del auto, las listas de inspección contienen entre 30
y 40 puntos a controlar. Sin embargo, los fabricantes ya fijan de
antemano cuándo un automóvil necesita una inspección realmente .
”Las recomendaciones de los fabricantes varían según el modelo y el
motor”, dice Clysters. En general, se recomienda llevar el auto al
taller después de los 30.000 kilómetros o una vez al año. Lo que
ocurra primero. “Y cada segunda inspección debe ser la más completa”,
agrega el experto.
Mientras que antes los servicios técnicos se realizaban casi
exclusivamente en base al kilometraje, actualmente las inspecciones
dependen del desgaste real. Audi, por ejemplo, ha separado el cambio de aceite del motor de otro tipo de inspección, por lo cual se deben realizar dos servicios
separados.
”El cambio de aceite de motor es muy flexible, ya que depende en gran
medida del perfil de conducción, que es capturado por la electrónica
del motor”, explica el portavoz de la marca alemana, Josef
Schloßmacher. Los conductores que realizan muchos recorridos cortos con carga
completa deberán hacer chequear su vehículo antes que un automóvil
que completa el mismo kilometraje en una distancia más larga y a
velocidad media.
Audi establece una inspección normal del vehículo cada 30.000
kilómetros. Otros fabricantes, como BMW, Honda, Ford y Mazda, proceden
de manera similar, especialmente en los modelos diésel. En estos, el
desgaste del aceite del motor depende en gran medida del
funcionamiento del auto.
También hay diferencias en la revisión dependiendo del año de
fabricación del coche. “En el caso de los vehículos más antiguos, que
no cuentan con un sistema de diagnóstico a bordo, se requiere más
tiempo. Sin embargo, ya muchos automóviles de más de diez años están
equipados con esta interfaz de monitoreo”, dice Engelmohr.
A pesar de las innovaciones, la necesidad de realizar inspecciones no
ha disminuido en la última década. Por el contrario, la
complejidad tecnológica las hace aún más necesarias, sostiene
Schloßmacher. Por eso es importante atenerse a las recomendaciones del fabricante
y llevar el auto a una revisión cuando se ha llegado al kilometraje
establecido. Esto también contribuye a conservar el valor del
automóvil, aconseja Clysters.
Aquellas personas que, para ahorrar dinero, prefieren meter mano ellas
mismas, deben tener mucho cuidado, especialmente con los automóviles
modernos. Incluso el anticongelante del radiador necesita un refrigerante
especial. Un error aquí puede dañar el motor, advierte Clyster. “El
’hágalo usted mismo’ ya casi no es posible”, asegura.
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