Mike Swanson te cuenta lo que es volar con un wingsuit, para muchos lo más cerca que se puede estar de ser un superhéroe o un pájaro. Este miembro de la Red Bull Air Force está acostumbrado a arriesgarse cuando surca los cielos a toda velocidad. Y tiene un secreto: le tiene miedo a las alturas. Pero eso no le ha impedido convertirse en uno de los mejores voladores con traje aéreo del mundo. Él y sus compañeros pilotos Miles Daisher, Luke Aikins y Andy Farrington, admiten que todos se ponen nerviosos antes de un vuelo. ¿Quién no lo haría? Después de todo, esta es una de las actividades más extremas que puedes realizar.
Es verdad que los humanos no están hechos para volar, pero al ponerse trajes aerodinámicos especiales que se inflan cuando el usuario cae en picada hacia el suelo, hacen posible lo imposible. De hecho, con suficiente experiencia, los usuarios de estos trajes pueden volar pasando entre rascacielos gigantes, acantilados estrechos o incluso partir desde dentro de un avión en pleno vuelo. Te hemos mostrado muchas veces sus hazañas en esta web, Por eso ahora fuimos a las fuentes, para conocer qué se siente de primera mano al vivir esta experiencia.
Swanson, Daisher y Farrington han realizado más de 7.500 saltos BASE y 47.500 de paracaidismo entre ellos, incluidos miles de vuelos de proximidad, así como vuelos serenos escénicos muy por encima de la Tierra, siempre con un traje de alas. “En 1998 probé el primer wingsuit de producción. Fue divertido, pero lento –revela Swanson-. Cuatro años más tarde, en Francia, vi a Loïc Jean-Albert estrenar el traje aéreo que usaba para volar montaña abajo y dije: Voy a hacer eso’”. ¿Alguna vez se puso nervioso? “En realidad le tengo miedo a las alturas, así que para mí acercarme al punto de salida da más miedo que el salto en sí. Me pone nervioso el paracaidismo si nadie ha saltado allí antes y no es perfecto, pero en un salto BASE, una vez que vuelo soy bueno. Justo antes de saltar, en un paracaidismo normal, visualizo el plan y hago una comprobación final del equipo. Para BASE y en nuevas ubicaciones, hago más cálculos mentales, basados en dónde está, los aspectos técnicos, mi nivel de habilidad y el clima. Todo eso antes de saltar”.
Pero cuando está volando, en qué piensa: “Cuanto más técnico es el salto, más tengo que concentrarme en ese momento, completamente concentrado en mi vuelo”, aclara del deportista y explica cómo es la sensación de volar para el cuerpo: “Al principio es un acto de fe. Tu traje de alas se infla y esperas que lo haga a tiempo para poder planear y no saltar de la roca al vacío. Una vez que te conectas con el aire, te sientes absolutamente increíble. Dependiendo de tu habilidad y nivel de destreza, o pilotas el traje o él te volará a ti. Lo más importante es pensar siempre en la velocidad del aire. La velocidad es tu amiga. Te da el poder de volar. Ahora usamos trajes aéreos tan controlables y maniobrables que puedes volar en todo tipo de ángulos y velocidades, boca abajo o boca arriba, y realmente puedes acercarte a unos pocos centímetros de un punto objetivo si así lo deseas”.
Atención con las velocidades!: “Si flotas –explica Swanson-, puedes ir a una velocidad de hasta 125 km/h, pero si te sumerges y empujas, puedes ir a más de 225 km/h. Puedes sentir el temblor de la velocidad, como en una patineta. En ese punto necesitas conocer tus límites para evitar un giro plano. Por eso es importante aprender la técnica de a poco. Comencé a aprender mientras hacía paracaidismo y con el tiempo puedes simplemente ponerte un traje y volar. Es fácil de hacer si comprendes la aerodinámica y tienes buen control corporal y conciencia espacial. Lo complicado es aterrizar. No puedes aterrizar un traje aéreo directamente; tiras de un paracaídas al final del vuelo, por lo que debes tener el control para gestionar esa transición y aterrizar bien”.
Finalmente, sobre las habilidades más importantes que se necesitan para volar en wingsuit, detalla que hay que sentirse “cómodo con el seguimiento plano (volar tu cuerpo) y con todos los aspectos del paracaidismo intermedio. Había hecho casi 10.000 descensos en paracaídas antes de empezar a volar con traje aéreo. Me encanta el vuelo de proximidad por sobre el panorámico. Ambos son divertidos, pero la proximidad es lo mejor. De todos modos, las vistas desde el vuelo con traje aéreo pueden ser espectaculares”.
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