El tráfico en los seis carriles de la autopista es intenso y los

conductores están visiblemente nerviosos. Por primera vez en 160 días
llueve a cántaros en Las Vegas, sede de la Feria de Tecnología (CES).
No es de extrañar que Werner Preuschoff esté plenamente ocupado en
conducir su nuevo Mercedes Clase A de forma segura a destino.
En el pasado, ante una situación semejante, hubiese sido imposible

que el ingeniero alemán buscara al mismo tiempo algo en el navegador
u operara con sus manos alguna perilla en el tablero. Ni hablar de

VW Tiguan Allspace: un SUV para toda la familia
enviar un correo electrónico u organizar la agenda de los próximos
días.
Sin embargo, para el desarrollador de Mercedes, el actual estado de la
calle no parece ser un obstáculo para ajustar la temperatura del
auto, realizar una reserva en un restaurante y organizar su jornada
laboral del día siguiente. Como si dialogara con su secretaria,
Preuschoff habla con su auto y le expresa sus deseos. Todo ello sin
quitar las manos del volante o los ojos de la carretera.
[gallery ids="58739,58741,58745,58743"]
Al igual que con las aplicaciones integradas en los teléfonos
inteligentes como Siri o Amazon Alexa, el conductor no tuvo que
aprender comandos previos. ”Alcanza con decir ‘Hey Mercedes’ para abrir la aplicación y luego seguir hablando libremente”, describe el director del proyecto de la
nueva experiencia de Mercedes-Benz (MBUX).
El nuevo Clase A equipará el nuevo sistema de información y entretenimiento MBUX ampliado, con una gran pantalla táctil y gráficos aún más elaborados, que podrá utilizarse con controles de voz. El asistente de voz inteligente Casey, desarrollado por el proveedor Bosch, trabaja con un principio muy similar. Según la compañía alemana,
reconoce solicitudes en 30 idiomas y está capacitado para responder a
los pedidos del conductor como si fuera un pasajero más. A diferencia del sistema de Mercedes, Casey incluso puede tener su propio nombre. Esto significa que los usuarios finalmente pueden darle un nombre a su automóvil, según señala un experto de Bosch en
la feria.
La inteligencia del sistema se encuentra en la llamada unidad
principal (Head-Unit)y el análisis se realiza en el automóvil. Si
además hay disponible una conexión on line, los servicios se pueden
complementar con información actualizada, como previsiones
meteorológicas o los menús de los restaurantes seleccionados.
Según Bosch, como en el sistema Mercedes, aquí también se usa
inteligencia artificial monitoreando los hábitos del usuario y
sacando conclusiones para situaciones futuras.
Los asistentes de voz inteligentes marcaron una de las grandes
tendencias en la CES. La razón es muy sencilla: los vehículos son
cada vez más complejos. La oferta de infoentretenimiento y de nuevas
funciones es ilimitada. Como, además de la movilidad eléctrica, también
la conducción autónoma es una gran tendencia, las personas dentro del
automóvil tendrán cada vez más tiempo para manejar ese tipo de
sistemas.
”Entonces se necesita una interfaz de usuario que sea tan convincente
como funcional”, señala Carsten Breitfeld, jefe del startup chino
Byton. El vehículo todoterreno que la marca china planea lanzar en
2019 impresionó menos por su propulsión eléctrica que por su cabina.
Todo el tablero consiste en una sola pantalla, que se controla a
través de operaciones táctiles, de gestos y, por supuesto,
a través del asistente de voz Amazon Alexa. La complejidad en el manejo se puede reducir significativamente con sistemas como estos. Por eso, en autos como Byton no hay más que un puñado de interruptores.
El fabricante japonés Nissan va más allá: quiere leer los
pensamientos del conductor. A través de la tecnología B2V
(Brain-to-Vehicle) de “cerebro a vehículo”, la compañía nipona quiere
predecir las reacciones del conductor. El B2V funciona mediante electrodos que miden los patrones eléctricos en el cerebro. Los sistemas autónomos los analizan e incorporan en la interacción con el automóvil. Por ejemplo, debería ser
capaz de predecir los movimientos de conducción y frenado para luego
implementarlos rápidamente.
El Clase A aún se encuentra lejos. El ingeniero de desarrollo
Preuschoff todavía está dando vueltas con su prototipo alrededor del
recinto ferial. Probablemente hoy habló más con el auto que con su familia. Y no es
de extrañar que el experto alemán, después de una intensa jornada en
Las Vegas, sólo ansíe un gran vaso de cerveza.
”Hey Mercedes, llévame al bar más próximo”, le pide Preuschoff a su
asistente de voz. Pero, como el nuevo modelo de Mercedes no es
eléctrico y tampoco tiene piloto automático, la cerveza no podrá
contener alcohol.
Comentarios