En uno de los más importantes logros astronómicos del siglo XX, el 18 de septiembre de 1977 la sonda espacial norteamericana Voyager I miró hacia atrás y sacó la primera fotografía desde el espacio en la que aparecen la Tierra y la Luna juntos.
Según informó en su momento el Smithsonian Air and Space Museum de Estados Unidos a través de un comunicado de prensa, la histórica imagen que dio vueltas por el mundo entero y fue tapa de los principales diarios del planeta y nota obligada de las más grandes cadenas televisivas ”fue tomada desde una distancia de 11,7 millones de kilómetros”.
Esa inédita imagen registrada desde el espacio de la Tierra al lado de su satélite, fue el primer gran logro de una misión que tuvo a su cargo la exploración de Júpiter, Neptuno, Urano y Saturno, los planetas exteriores del sistema solar, como, así también, de muchas de sus lunas.
Es que si bien ya se habían recibido imágenes de la Tierra y de la Luna, las mismas habían sido tomadas por las misiones Apolo desde la superficie o la órbita de nuestro satélite, pero nunca se había hecho desde el espacio profundo, tal como lo hizo el Voyager I que, según estudios de la NASA, dentro de aproximadamente unos 40.000 años se acercará a 1,6 años luz de distancia de la estrella AC+79 3888.
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