En lo que la comunidad científica mundial ya lo definió como el hallazgo arqueológico más importante en la historia del Mediterráneo antiguo, un equipo de arqueólogos encontró 24 estatuas de bronce de 2.300 años de antigüedad, en perfecto estado de conservación, y 5.000 de monedas de bronce, oro y plata, en el fondo de una pileta de un milenario santuario etrusco-romano ubicado en la región de San Casciano dei Bagni, provincia de Siena, Italia.
“Es un descubrimiento sensacional desde muchos puntos de vista. Es el yacimiento más rico del Mediterráneo en el campo de los bronces. Hay decenas y decenas de artefactos de distintos tamaños, en su mayoría considerables”, comentó el arquéologo Massimo Osanna, máximo responsable durante años de las excavaciones en la legendaria ciudad de Pompeya.
“Sobre todo, las estatuas encontradas, que tienen el tamaño de tres pies romanos, casi un metro, son asombrosas. Se ajustan a la medida que Plinio definió como la Honorata Mensura, el tamaño adecuado para las estatuas de culto y también para las procesiones”, agregó quien, actualmente, es el director general de Museos del Ministerio de Cultura de Italia.
Entre las estatuas halladas se encuentran la de un joven efebo que parece estar durmiendo; la de Hygieia, la diosa de la salud, con una serpiente enroscada en su brazo, y la de Apolo, que estaba parcialmente sumergida en el agua de la enorme pileta.
“Aquí nos ha llegado un auténtico regalo dela tierra. Tenemos los bronces evidentemente conservados en agua por alguna mano piadosa poco después del fin de los cultos paganos, tras la afirmación del cristianismo como religión oficial y única del Imperio Romano. Esta protección decidida por quién sabe quién y quién sabe cuándo ha salvado a estos objetos de desaparición. A lo largo de la Edad Media, los bronces romanos fueron fundidos y reutilizados. Por eso es excepcional este descubrimiento”, señaló Osanna.
Además, los arqueólogos también encontraron una gran cantidad de orejas, manos y pies, en perfecto estado, como así también 5.000 monedas de bronce, oro y plata y una amplia variedad de materiales que eran utilizados en los ritos sagrados.
“Muchos objetos tienen inscripciones y dedicatorias en etrusco y en latín, Aparecen los nombres de muchos fieles, pero también los de divinidades desconocidas. El material tiene origen en muchas fuentes, pero, de momento, estamos seguros de que hay facturas vinculadas a la zona de Perugia y de Chiusi”, concluyó el arqueólogo.
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