Con el relevamiento de los datos topográficos del Río Cabrillas en la Península Elisa de Chile, dio inicio la segunda etapa de la ambiciosa y original creación de un río submarino que, a través de un ducto bajo el mar, llevará agua potable a la isla Las Huichas, ubicada en la provincia de Aysen, al sur del país vecino.
Así lo informó, a través de un comunicado de prensa, Félix Borgliolo, socio director y presidente de la empresa de capitales franceses Vía Marina que está a cargo de la obra cuya inversión se estima que rondará entre los 14 y 15 millones de dólares y que estará finalizada a principios de 2022.
“Los datos que se obtengan de este levantamiento permitirán definir cuál es la mejor opción para concretar la infraestructura de esta por demás importante iniciativa, así como poder determinar otros antecedentes técnicos de relevancia para llevar adelante esta mega obra”, señaló el empresario.
En el archipiélago Las Huichas viven apenas unas 1.800 personas repartidas entre los poblados de Puerto Aguirre, Estero Copa y Caleta Andrade. Y si bien se levanta en un privilegiado entorno de bosques en medio de los fiordos de Aysén, sus habitantes sufren una situación permanente de gran escasez hídrica que la ha limitado tanto en su crecimiento poblacional como, así también, en su desarrollo turístico y productivo.
Pedaleando bajo el agua
Río submarino
El original sistema consiste en la instalación de un tubo submarino realizado con un material plástico resistente, similar al que se usa para confeccionar los chalecos antibalas, que transportará más del doble del agua dulce que actualmente se consume en la mencionada isla del sur chileno..
La toma tendrá lugar en la isla Melchor, en el río Brenner que descarga el lago Francisco Encina, situado aproximadamente a 50 metros sobre el nivel del mar, lo que, según los expertos, representa una situación gravitacional óptima para realizar el proceso de transporte sin la necesidad de inyectar fuerza motriz.
Así, según el coimunicado, a lo largo de 15 kilómetros, el ducto submarino recorrerá el relieve del lecho submarino, a unos 200 metros de profundidad hasta alcanzar la isla, lastrado pero no anclado; transportando agua dulce que es más liviana que la del mar. Además, aclaran que, como el ducto tiende a flotar "ante una avería solo basta levantarlo a la superficie del mar, parcharlo y volver a ponerle peso para que retorne a su posición original".
El proyecto es de tal importancia que el Ministerio de Obras Públicas de Chile está evaluando declararlo de interés público nacional, ya que, según estiman, en un futuro cercano podría ser la solución para que otras zonas del país que sufren de escasez hídrica, tengan acceso al abastecimiento y a transportar agua desde la desembocadura de los ríos del sur hasta las regiones de O’Higgins, Valparaíso, Coquimbo, Copiapó, Antofagasta, alcanzando incluso a Arica.
Por último, si bien la empresa a cargo del proyecto afirmó que los trabajos se vienen cumpliendo tal cual lo previsto, la pandemia del coronavirus generó algunas demoras en cuanto a los traslados de los trabajadores y a los permisos de obra. “Debido a las circunstancias de la pandemia que vivimos, los profesionales requeridos no pueden, por el momento, viajar a terreno para realizar el levantamiento topográfico, el cual es imprescindible para poder seguir adelante con los estudios de ingeniería de detalle del proyecto. Estamos a la espera de que se levanten las restricciones sanitarias, para poder viajar a la localidad”, concluyó Bogliolo.
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