El cambio climático que está aquejando cada vez más al planeta, tiene en vilo a las autoridades de Estados Unidos ya que el Lago Mead, el embalse más grande del país, se está secando a pasos agigantados.
Actualmente, el embalse del lago tiene menos del 30% de su capacidad total, ya que su nivel bajó 52 metros desde que alcanzó su máxima altura en el año 1983, dejando una faja blanca de depósitos minerales en las paredes marrones del cañón, que llegan a tener la altura de un edificio de 15 pisos.
Si bien hace 80 años el Mead había sido llenado como consecuencia de una por entonces fuerte sequía, ahora está siendo fuertemente afectado por el cambio climático, lo que pone en peligro no solo el consumo de agua para 40.000.000 de personas que vienen en 7 estados norteamericanos, sino que, además, está provocando que el río Colorado también se esté secando.
Entre las principales causas que están provocando esta fuerte sequía en ese gigantesco embalse se destacan la temporada de incendios forestales que, lamentablemente, se ha alargado mucho más de lo habitual, y el cada vez mayor aumento de las temperaturas que provocan que los lagos se resequen.
Este fenómeno ya ha causado que cientos de botes, lanchas y veleros hayan quedado varados en el fondo del lago. Incluso, ha quedado al descubierto una embarcación que se había hundido durante la Segunda Guerra Mundial.
Cabe recordar que el poderoso río Colorado, que divide los estados de Arizona y Nevada, fluía debajo de las paredes del gran Black Canyon (Cañón Negro), hasta que, en el año 1935, se construyó el Dique Hoover para que alimentara de agua a la zona, controlara las inundaciones y generara energía hidráulica.
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