La grave sequía que viene sufriendo en los últimos años Irak- uno de los países del mundo más afectados por el cambio climático-, le permitió a un grupo de arqueólogos iraquíes encontrar edificios, muros y palacios que, según afirmaron, fueron parte de la milenaria ciudad de Zakhiku, considerada uno de los centros más importantes durante el Imperio Mitanni, que rigió durante la Edad de Bronce, entre los años 1550 a 1350 a.C.
Según los científicos, la ciudad, que se encontraba a orillas del río Tigris, data de unos 3.400 años de antigüedad, y gracias al mapeo que hicieron del lugar, además de un palacio, que ya había sido documentado durante una breve campaña en 2018, encontraron varios edificios grandes, una fortificación con torres, muros y murallas, un almacén de varios pisos y un complejo industrial.
Lo que más les llamó poderosamente la atención a los investigadores fue el muy buen estado de conservación que presentaban las altísimas paredes fabricadas con ladrillos de barro secados al sol que llevan sumergidos más de 40 años en el agua.
Algo que ayudó a que gran parte de la ciudad se conservara fue el terremoto que tuvo lugar alrededor del año 1350 aC., durante el cual las partes superiores de varios muros que cubrían otras construcciones se derrumbaron, permitiendo que se conservara.
“El enorme edificio de almacenamiento es de particular importancia porque se deben haber almacenado enormes cantidades de mercancías, probablemente traídas de toda la región”, comentó la doctora Ivana Puljiz, de la Universidad de Friburgo, Alemania, a través de un comunicado de prensa.
“El sitio fue un centro importante en el Imperio Mittani”, agregó la arqueóloga que fue una de las principales autoras de la investigación.
Entre las ruinas de esta milenaria ciudad, los científicos también encontraron cinco recipientes de cerámica, dentro de los cuales había un archivo de más de 100 tablillas de arcilla- algunas de las cuales creen que pueden ser cartas-, con escrituras cuneiformes que datan del Periodo Medio Asirio, que tuvo lugar poco después de que el terremoto arrasara por completo con la ciudad.
“Es casi un milagro que las tabletas cuneiformes hechas de arcilla sin cocer sobrevivieran tantas décadas bajo el agua”, afirmó el arqueólogo Peter Pfälzner, de la Universidad de Tubinga.
Antes de que la ciudad volviera a sumergirse, un equipo de arqueólogos de la Fundación Gerda Henkel logró tapar completamente todos los edificios encontrados con láminas de plástico ajustadas y los cubrieron con relleno de grava, con el objetivo de proteger las paredes de arcilla sin cocer para que puedan soportar el tiempo que la ciudad siga bajo el agua, hasta la próxima expedición al lugar.
Comentarios