Según los expertos del Instituto Alfred Wegener, Centro Helmholtz para la Investigación Polar y Marina, con sede en Bremerhaven, Alemania, la tundra siberiana podría desaparecer por completo para el año 2500, a menos que la humanidad logre reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para llevar a cabo el estudio publicado en eLife, Stefan Kruse y su colega y coautora del estudio, la profesora Ulrike Herzschuh, crearon un nuevo modelo de computadora que evalúa la extensión completa de 4.000 km. de la tundra siberiana.
El modelo tuvo en cuenta los ciclos de vida de los árboles individuales: desde qué tan lejos pueden dispersar sus semillas, cómo crecen cuando se enfrentan a la competencia de otros árboles, hasta las tasas de crecimiento basadas en la temperatura, la precipitación y la profundidad del deshielo de verano del permafrost, que tiene lugar en las regiones de la tundra.
Así, los investigadores descubrieron que una vez que los árboles emprenden su ruta hacia el norte en respuesta al calentamiento, lo hacen rápidamente y que es muy poco probable que retrocedan nuevamente si las temperaturas bajan.
“En un supuesto escenario en el que cual las emisiones de carbono se reduzcan a 0 para el año 2100 y el aumento de la temperatura global se mantenga por debajo de los 2 grados C. solo el 32,7 % de la tundra actual permanecería a salvo para el año 2500. A su vez, esta fracción se dividiría en dos minitundras: una en Chukotka, en el lejano oriente, y, otra, en la península de Taymyr, en el lejano norte”, afirmaron los científicos.
“Pero, si las emisiones de carbono no comienzan a disminuir hasta el año 2050 y no se reduzcan a la mitad para 2100, los alerces cubrirían todo menos el 5,7 % de la tundra actual para el año 2500, aniquilando esencialmente todo el ecosistema”, señaló el estudio.
Por último, los científicos advirtieron que tanto los animales como los humanos que habitan en la tundra también sufran los impactos. “Las culturas indígenas, como los nenets del noroeste de Siberia, crían y cazan renos. La cultura depende en parte de la tundra, por lo que si esto se pierde, será una gran pérdida para toda la humanidad. Una cosa está clara: si continuamos con los negocios como siempre, este ecosistema desaparecerá gradualmente", concluyó Kruse.
Comentarios