Uno de los pueblos ideales para una escapada de fin de semana es Altamira, pueblo de la provincia de Buenos Aires ubicado a casi 100 km de la Capital Federal y muy cerca de Mercedes, cabecera del partido. Se trata de una zona de quintas que tuvo un importante auge económico a partir de la llegada del tren. Incluso, a pocos metros de la estación, durante muchos años funcionó una fábrica de cerámicas que llegó a ocupar unos 100 operarios. Su cierre y la ausencia del tren a partir de los ‘90 fueron duros golpes para este lugar del interior bonaerense.
Sin embargo, la antigua estación de tren se convirtió en un símbolo turístico y centro cultural del pueblo. Está abierta las 24 horas y, con acceso gratuito, exhibe elementos de otras épocas del ferrocarril. Fue construida por la Compañía General de Ferrocarriles en la Provincia de Buenos Aires en 1908. Además, el pueblo cuenta con una plaza y una capilla consagrada a Nuestra Señora de Fátima y sus caminos de tierra conservan el clima rural y de gente de a caballo, llevan a típicos reductos gastronómicos como el renombrado almacén de campo Lo de Badano, a bodegones históricos como Lo de Curly o Lo de Puri, y al restaurante de campo La Taba.
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La ciudad de Mercedes está apenas a 5 km, y siempre tiene una gran agenda cultural en la que se destaca su patrimonio histórico, incluida la imponente catedral en el Centro Cívico, enfrentada al Palacio Municipal y al de Tribunales, todos separados por una plaza central que está rodeada de bares en los que se junta la gente del pueblo para compartir largas charlas.
La cabecera del partido cuenta con varios museos: el Histórico Víctor Míguez, el Municipal de Ciencias Naturales y el de Arte. Un lugar que es indispensable conocer en el paso por la localidad es la vieja pulpería de Cacho Dicatarina, de mediados del siglo XIX, y el parque municipal que es atravesado por el río Luján, donde además de la pesca puede practicar kayakismo en su escuela. En la zona se hace la popular fiesta del Salame Quintero, la del Durazno, la de las Tortas Fritas y la de la Galleta de Campo que se hace en la cercana Tomás Jofré (suspendidas ahora por la pandemia).
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Dónde dormir
Para instalarse un fin de semana en la zona, uno de sus sirios recomendados es el Hotel de Campo Santa María B&B, que se encuentra ubicado en un área rural de la localidad de Altamira. Brinda un amplio parque prolijamente cuidado en el que se encuentra la piscina exterior con solárium, además de camastros, mesas y sillas, un quincho-comedor totalmente equipado y sector de parrillas.
Los alrededores son muy abiertos, es una zona de campo ideal para respirar aire puro y estar en contacto con lo natural. Es un entorno especial para los amantes de las caminatas o el avisaje de aves.
El alojamiento cuenta con una amplia sala de entretenimiento con mesas de pool y ping-pong, sillones y un gran hogar a leña. Cerquita está la piscina cubierta climatizada que se usa durante el otoño-invierno, con turno y respetando los protocolos: en el ingreso se toma la temperatura y se controla que el visitante tenga puesto el barbijo, que es de uso obligatorio en áreas públicas. Se evita el contacto físico con los pasajeros por lo que el desayuno se deja en el sector del comedor a la hora convenida y no se hace limpieza del cuarto a fin de preservar la burbuja familiar de cada cuarto.
Cada pasajero tendrá asignado dos mesas en exclusividad para el servicio de gastronomía. Una dentro del comedor (cuenta con ventanales que quedan abiertos para la ventilación cruzada, mesas con distanciamiento de 2 m) y la otra en el parque.
Ponen a disposición de los huéspedes, dentro del comedor, heladera, microondas, dispenser de agua, pava eléctrica y vajilla. Tiene seis habitaciones provistas con aire acondicionado, TV satelital y baño con ducha y wi fi.
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