Tras más de un año de arduo trabajo de rehabilitación, finalmente, un grupo de 19 flamencos australes australes (Phoenicopterus chilensis) fueron devueltos a su hábitat natural.
La totalidad de estas aves liberadas habían sido rescatadas del tráfico ilegal a través de dos incautaciones que fueron llevadas a cabo por personal de la Dirección de Flora y Fauna del Ministerio de Desarrollo Agrario de la Provincia de Buenos Aires junto con la colaboración del equipo de rescatistas de Fundación Temaikèn. De esta manera, se cierra un ciclo de gran trabajo en equipo y en red por la conservación de la especie.
Según las frías estadísticas, lamentablemente en la Argentina los flamencos australes son afectados por el tráfico ilegal de especies, entre tantas otras problemáticas que los aquejan.
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Se los captura para venderlos como animales ornamentales en el mercado ilegal, realizándoles intervenciones tanto en el plumaje como en las alas que les impiden volar. Aunque, afortunadamente, en la mayoría de los casos es posible devolverles la capacidad de vuelo para reinsertarlos en su hábitat natural.
La rehabilitación de los flamencos
Los 19 flamencos habían llegado al Centro de Recuperación de Especies de Temaikèn con sus plumajes dañados, un alto grado de desnutrición, pérdida de musculatura y, en muchos casos, con lesiones en las patas y en las membranas interdigitales. Además, varios tenían el plumaje totalmente engrasado como consecuencia de las condiciones de hacinamiento en los que se los mantenía.
“Cada flamenco rescatado fue un paciente único, que requirió un seguimiento personalizado. Fueron muchísimos meses de trabajo dedicado para maximizar el éxito de supervivencia de cada uno de estos miembros de una especie tan particular, dada la importancia de reinsertar animales sanos para cuidar las poblaciones silvestres”, indicó Cristian Gillet, responsable de Recuperación de Fauna Silvestre de Fundación Temaikén.
La rehabilitación comenzó a partir del mismo momento del decomiso. Cuando son mantenidos en viviendas, dentro de corrales sin agua, los animales terminan bañándose dentro del mismo alimento que los traficantes les proveen, lo que les hace perder la impermeabilidad de todo su plumaje.
Se trata de un trabajo interdisciplinario que no solo busca el bienestar y el rescate de los animales, sino, fundamentalmente, luchar contra el tráfico ilegal y hacer importantes aportes a la investigación en medicina tanto sobre la conservación como de las diferentes enfermedades que afectan a estos animales.
“Por cada animal de la fauna silvestre que llega a manos de un comprador, muchos otros mueren a causa de la crueldad con la que son capturados, a las malas condiciones de cautiverio en donde son retenidos por los acopiadores, y las inadecuadas formas de traslado que utilizan con el fin de evitar los controles de fiscalización”, expresaron desde la Dirección de Flora y Fauna del Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense, a través de un comunicado de prensa.
“Es por ello que necesitamos del compromiso de cada ciudadano cuidando el ecosistema, no comprando fauna silvestre ilegal y, muy especialmente, denunciando la caza, venta y tenencia de fauna silvestre ante los organismos correspondientes”, concluyeron.
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