El iceberg A68, considerado uno de los más grandes del mundo ya que cubría un área aproximada de unos 6.000 kilómetros cuadrados, se ha derretido y desaparecido por completo.
En julio de 2017, el enorme bloque de hielo que pesaba 1.000 millones de toneladas de kilo y tenía una superficie cuatro veces superior la ciudad de Londres, se había partido en pedazos luego de que se desprendiera de la Antártida y empezó a moverse a la deriva, en dirección norte, por una zona de influencia de la corriente del Labrador, popularmente conocida como el Callejón de los icebergs.
Si bien durante todo este tiempo fue rastreado por numerosos satélites, ahora, un grupo de científicos británicos afirma que no vale la pena seguir trazando su recorrido pues ya se ha derretido por completo.
El inmenso bloque de hielo flotante que formaba parte de la plataforma de hielo Larsen C, una de las tantas que conforma la península antártica, despertó la curiosidad de los científicos, muchos de los cuales se apuraron en analizar las rutas que podría tomar el gigantesco bloque desprendido.
Surfeando entre los icebergs
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— Tim Schmit (@GOESguy) April 18, 2021
Según detectaron los científicos, el A-68 se desplazó, a través del Atlántico Sur, hacia la isla Georgia del Sur, donde suelen terminan muchos de los icebergs de mayor tamaño, debido a que quedan atrapados y, en consecuencia, son condenados a morir, lentamente, ante las inclemencias del tiempo.
Precisamente, una de los principales temores de los científicos era que esta plataforma de hielo se estrellara precisamente contra esas islas, ya que son el mayor refugio de pingüinos Rey del mundo, como así también, una de las reservas ecológicas más grandes e importantes del planeta y hábitat para millones de animales antárticos.
“Si piensas en la relación de grosor, el iceberg A-68 era como cuatro hojas de papel A4 apiladas una encima de la otra. Así que era increíblemente flexible y frágil mientras se movía alrededor del océano. Duró años así. Pero finalmente se rompió en cuatro o cinco pedazos y luego esos también se rompieron”, explicó Adrian Luckman, investigador y docente de la Universidad de Swansea en Gales, al diario británico The Independent.
"Cuando se desprendió por primera vez, el iceberg A68 era unas 400 veces más largo que grueso, una forma muy diferente a la que normalmente se imagina un iceberg", agregó
Según Luckman, aunque tanto el desprendimiento como la desaparición de un solo iceberg como el A68 no pueden atribuirse directamente al cambio climático, "la pérdida de hielo alrededor de la Antártida, que se ha multiplicado por cinco desde la década de 1990, es sin duda el resultado de los cambios en el calor y la circulación de los océanos".
“Esperábamos que no pasara mucho tiempo antes de que A68 se rompiera en trozos más pequeños, pero en realidad pasaron varios años y varios cientos de kilómetros a la deriva antes de que lo hiciera", concluyó el científico británico.
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