Infatigable viajero, investigador apasionado, explorador, geógrafo, naturalista y mucho más se podría decir de Francisco Pascasio Moreno… “El Perito Moreno” como se lo
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recuerda y nombra.
Pero no es el objeto de este escrito explayarse sobre su obra tan profusamente difundida. Sí, en cambio, hablar del arma que lo acompañó durante su excursión a la Patagonia y que culminó con su llegada al lago Nahuel Huapi.
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No es extraño que un joven de 23 años que se enfrentaba a lo desconocido en terrenos inhóspitos y durante largas jornadas, haya decidido llevar un arma. Los peligros que lo acecharon fueron cientos. Basta recordar cuando en Santa Cruz hizo un alto junto a un río para beber agua y una hembra de puma que se encontraba en busca de alimento lo atacó salvajemente, salvando su vida por milagro. Ese cauce de agua fue bautizado por el Perito Moreno como La Leona, nombre que lleva actualmente.
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Tampoco resultó un problema menor cuando –tomado prisionero por los indígenas manzaneros– fue condenado a muerte por el cacique Shaihueque. Una fuga de película en una precaria balsa por el río Limay, lo salvaron de un triste final.
Motivos de sobra para que llevara su Smith & Wesson N° 3, segundo modelo, en calibre .44 Russian con terminación níquel.
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De esa versión comercial sólo se fabricaron 6.200 unidades entre el año 1873 y 1878, y la expedición a la que referiremos cuando describamos el revólver fue en 1875, por lo que sin duda Moreno adquirió un modelo de última generación.
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Nota publicada en la edición 522 de Weekend, marzo de 2016. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
15 de marzo de 2016
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