Laguna La Boca: primeras flechas de la temporada

La apertura del pejerrey 2024 se llama laguna La Boca, donde finalmente tuvimos la primicia de ir por los tan apreciados flecha de plata en los días de calor de fines de febrero. Este maravilloso ámbito, de aproximadamente 1.200 hectáreas, se encuentra cubierto de agua y en muy buen nivel. Además, se encuentra situado entre la localidad de Pila y Castelli, a una distancia aceptable desde la ciudad de Buenos Aires. Ganas no faltaban de empezar con la búsqueda de la especia màs combativa, y hacía allí pusimos proa, soñando con estos sorprendentes matungos.

Temprano por la mañana

Antes de llegar hicimos una parada previa en el Km 113 de la Autovía 2, precisamente en el puesto de carnadas El Repollo, donde nos abastecimos de mojarras medianas de lomo negro para poder realizar este relevamiento. A continuación pasamos a buscar por su domicilio a nuestro amigo y guía Esteban Tofanni, referente de esta laguna, quien ya había realizado grandes pescas tanto de lisas como de pejerrey, y quien nos había aportado algún que otro dato. El viaje transcurrió, además, con la compañía de mi padre Alberto Frontoni, con quien fuimos compartiendo historias y unos mates durante el trayecto.

A las 9 de la mañana llegamos al predio. El día se presentaba tal cual como lo habíamos previsto, con vientos moderados y temperaturas que iban en ascenso desde los 26 hasta los 36 ºC al mediodía. El primer lugar en el que nos situamos fue la desembocadura del arroyo Camarón, ya que allí corría agua en la boca que vuelca hacia la laguna y es donde se concentra el alimento que atrae a los peces, como camarones, mojarras y tosqueros. Optamos en esta oportunidad por armar líneas de tres boyas de colores naranja, rojo y amarillo, todas con brazoladas con líneas tramposas de 60 cm y hasta 1 m de profundidad. La carnada de prueba fue una mojarra mediana por anzuelo. 

Seguidilla de capturas

El primer pejerrey se dio a los 20 minutos: estaba comiendo a 1 m de profundidad y llevó el aparejo con una corrida lineal. Entonces decidimos bajar nuestras brazoladas a una profundidad de entre 1,20 y 1,40 m para tener constancia de pique, lo cual venía haciendo la diferencia. Ya cerca del mediodía, debido a las altas temperaturas, decidimos corrernos al centro de la laguna, lugar donde la profundidad es de casi 2 m y donde Esteban nos decía que sigamos bajando las brazoladas, ya que el pique se encontraba al ras del fondo. 
La seguidilla de capturas fue constante en este sitio y para las primeras horas de la tarde ya nos encontrábamos realizados, por lo que decidimos arrimarnos a una costa de pastos de gran profundidad para intentar dar con algún otro matungo de la laguna que estuviera estático. Y para no perder ni un instante, almorzamos a bordo, hidratándonos en forma constante.
Finalmente, en la última parada nos acercamos a un bajo en la confluencia de la laguna Altos Verdes, lugar donde la profundidad era menor a un metro. Este sector tenía un doble propósito: no sólo buscar pejes, sino esperar hasta última hora para hacer unos lances a la enigmática lisa. 

Así que levantamos un poco la brazoladas y pescamos todas las piezas entre los 60 y 80 cm de profundidad. El resultado: flechas que rondaron los 45 cm de longitud y los 700 gramos promedio de peso. Y en una bahía con vegetación emergente a la que nos acercamos gracias al botador de la embarcación, pudimos ver grandes concentraciones de cardúmenes de lisas. Los peces nadaban de un lado hacia otro debido a los altos vientos y pasaban por arriba de las líneas sin proporcionarnos resultados certeros; se las notaba muy asustadizas. Para quienes también la intenten, recomendamos ser muy precisos y certeros en la clavada, ya que vimos ejemplares mayores a 4 kilos de peso. Nuestra idea era hacer las dos pescas en media jornada, pero el factor del viento nos jugó en contra para la última especie. 

Sin duda, escuchar los consejos del guía nos hizo más fácil la pesca de pejerrey, ya que la especie estaba comiendo al ras del fondo y hasta que llegáramos a esa profundidad iba a pasar un buen rato. Esto se debe a las altas temperaturas de esta época, pero si hacemos bien los deberes, respetamos las profundidades de las brazoladas y encarnamos correctamente, vamos a llegar a la cuota al final del día y –lo que no es menor– eligiendo la calidad del pescado, ya que también pica una gran cantidad que debemos devolver por estar fuera de medida (mínimo: 25 cm). 
No cabe duda de que esta laguna se encuentra muy bien poblada de flechas (han capturado piezas de 1,5 kg) y lisas, y es una de las vedettes del corredor de la Autovía 2 debido a la sequía extrema de los últimos tiempos. 

Equipos

• Cañas: de pejerrey, con acción de punta, desde 4,20 y hasta 4,50 m de largo. 
• Reeles: tipo 2500.
• Multifilamentos: de 15 a 20 lb (1 lb = 0,453 kg) de calidad.
• Boyas: preferentemente 2 de plástico bien separadas; el color es indiferente. Y una boya yo-yó tramposa de 1,50 m de profundidad.
• Anzuelos: N°2 y N°1 de la serie B 10 S.
• Carnada: mojarras medianas son ideales.