La idea era dar el inicio oficial a la temporada de pesca del pejerrey, y para hacerlo aceptamos la invitación de Daniel Gasol y visitamos el destino que eligió este guía para operar este año, en el sur de Córdoba. Se trata de la laguna La Gringa, en inmediaciones a la localidad de Viamonte, dónde está Rancho Miliki. Era un ámbito que no conocíamos, por lo que la ansiedad era aún mayor.
En esta ocasión, viajamos Carlos Crisci, Carlos Sosa, mi hijo Enzo y quien les narra esta salida. Llegamos muy temprano, encontrándonos con un espejo de 1.000 hectáreas, de unos 2,5 metros de profundidad promedio. Y lentamente, mientras tomamos unos mates, fuimos cargando los equipos al trucker. Allí en el pesquero está el único proveedor de carnadas que hay en la laguna, Nicolas Luna, quien nos brindó unas buenas mojarras las que deben encargarse en el día previo al arribo.
Luz verde a los pejerreyes en las lagunas
Subimos a la lancha y nos dirigimos a la costa, desde donde soplaba el viento, para preparar nuestras cañas e iniciar un garete lento. Era increíble ver, mientras navegamos, muchísimos borbollones de pejerreyes y una media docena de saltos de doradillos, especie que junto a sábalos y bogas ingresó en una crecida a la laguna y se han instalado en ella. Sorpresas que nos brinda la pesca y que, de vez en cuando, aparecen picando en las líneas de flote armadas para los pejerreyes.
La laguna está muy bien de nivel de agua y navegable aunque, como suele pasar, lamentablemente se veían muchas embarcaciones trasladándose a toda marcha, sin respetar velocidades, algo muy peligroso y que molesta a los aficionados que intentaban pescar. Comenzamos a garetear lentamente. No pasó más de 6 o 7 minutos, que empezamos a tener piques. La actividad era franca, pero había que clavarlos en el momento justo, si no se erraba. Están muy difíciles, comen tímidamente, pero hay mucha actividad que hace que, por más que fallemos,la cuota se complete con facilidad. Los piques se dieron entre 15 y 35 cm de profundidad, siendo la mojarra la carnada que más nos rindió, aunque el filet de pejerrey también dio muy buen resultado.
Los pejerreyes que obtuvimos oscilaron entre los 28 y 34 cm de promedio, todos bien alimentados y muy peleadores. Los días previos a nuestra visita se obtuvieron varios trofeos de 750 a 800 gramos, pero no aparecieron en nuestra visita, aunque nos conformaron estos ejemplares bien parejos y muy gordos.
A la hora del mediodía, anclamos unos 25 minutos para almorzar y mientras lo hacíamos seguimos con las cañas en el agua, notando que la actividad no mermó en ningún momento. Finalmente, y tras cuatro horas de pesca, alrededor de las 14.30 cerramos la jornada, logrando entre los cinco pescadores, 100 pejerreyes. Sin dudas, en un día completo se hubiera hecho fácilmente la cuota. En ese caso recomendamos ir eligiendo los pejerreyes más grandes y devolviendo los pequeños al agua, para retirarse con buenos portes.
Servicios:
- Daniel Gasol, guía en laguna La Gringa, pesquero Rancho Miliki. Tel.: (0236) 4364281. Facebook.
- Nicolas Luna, carnadas. Tel.: (0346) 8537243.
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