Días pasados, acompañamos a los amigos de la Federación de Pesca y Lanzamiento del Gran Buenos Aires a la laguna de Chascomús, espejo de agua donde se llevó adelante un encuentro a la variada, en una fecha destinada a completar el calendario de concursos de su grilla anual.
La jornada se preveía espléndida desde lo climático, aunque en el arranque apareció un viento intenso del Este, que incomodó a los participantes que debían ganar distancia en los lances con sus líneas de fondo cargadas con plomos que oscilaban entre los 70 y 100 gramos. Fabián Vacheto uno de los responsables de la organización y miembro de la comisión normalizadora, nos adelantó que habían elegido esta playa en la costa opuesta a la ciudad, porque habían tenido buena respuesta de carpas, dientudos y bagres sapos, muy robustos y llamativamente grandes, en visitas previas.
Ráfagas de piques constantes cerca de Chascomús
Vacheto también nos dio un panorama de los trabajos que están llevando adelante en su histórica sede, que próximamente van a reinaugurar. Allí, pondrán en marcha una escuela gratuita para formar a nuevos deportistas, proyectan charlas, clínicas y presentaciones con el fin de promover la pesca deportiva en general. Además, incluye la reinscripción de la entidad para recuperar su vida institucional y afianzarla en un marco que le de respaldo para llevar adelante los certámenes que organiza.
Efecto sequía: ¿qué pasó con el agua?
En cuanto a la pesca, la única carnada que parecía ser aceptada era la lombriz, las pruebas con filet de otras especies ni siquiera eran mordisqueadas, inclusive algunos intentos en búsquedas de tarariras tampoco surtieron efecto. En ese contexto, sólo un pez daba la sensación de estar absolutamente presente, el bagre sapo. Durante las seis horas del certamen fueron paulatinamente dándose capturas de los más diversos tamaños, en algunos casos piezas realmente grandes que se medían antes de volver al agua, pero que, de pesarse, seguramente rondaban arriba de los 2 kg y medio, por lo menos.
Evidentemente una vez que el pejerrey entra en su letargo reproductivo el dueño de esta laguna es el bagre y, especialmente, esta variedad que se mueve con tranquilidad en la poca cantidad de agua que le queda a este espejo, algo que nos puede permitir probar una variante como el paternóster para tener una opción distinta. Para destacar, en comparación con su tamaño el pique es muy sutil y solo despliega resistencia al traerlo. Es importante usar para las líneas de fondo, plomadas anti enganche, ya que el fondo tiene piedras o vegetación en muchos sectores.
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