En lo que va del 2020 decenas de ballenas y delfines fueron encontrados varados en las playas bonaerenses. De hecho, según un informe recientemente elaborado por la Fundación Mundo Marino, durante el último mes y medio fueron rescatados tres cachorros vivos de “delfín franciscana” (Pontoporia blainvillei) o “delfín del Plata” en las localidades balnearias de Nueva Atlantis, Las Toninas y Cariló.
“En el caso de estos últimos tres rescates, estuvimos enviando información en tiempo real a especialistas internacionales que, junto con la Fundación, conforman un grupo de trabajo que está desarrollando un protocolo para la rehabilitación de delfines recién nacidos o cachorros”, explica Andrea Cabrera, vicepresidenta de la entidad.
El objetivo central del grupo es unificar los esfuerzos de rescate y rehabilitación ya existentes en América del Sur, centralizar criterios y aumentar la capacidad de respuesta a los varamientos con el objetivo de mejorar la tasa de supervivencia tanto de los delfines como de las ballenas y lobos de mar recién nacidos. “Para nosotros cada animal que ingrese al Centro, sea vivo o muerto, nos va ayudar a recolectar datos que van a auxiliar directamente en la rehabilitación y en la conservación de estas especies”, agrega.
Por ello, ante la posibilidad de que los turistas se topen con alguno de estos ejemplares en las cercanías de la playa, lo primero que recomiendan los especialistas es comunicarse de manera urgente con personal idóneo para alertarlos de la situación.
“Ante la presencia de un delfín, ballena o lobo de mar, lo primero que deben hacer las personas es mantener al animal en poca agua, con su espiráculo- el orificio por el cual respiran que está ubicado en su cabeza-, totalmente fuera del agua. No hay que intentar reintroducirlo al mar porque el animal que se vara está débil y por esa razón puede ingresar agua en sus pulmones agravando aún más su situación”, advierte Pablo Denuncio, doctor en ciencias biológicas e investigador de la Universidad Nacional de Mar del Plata y del CONICET.
“Siempre que el animal esté vivo es necesario alejar a la gente para que no se estrese y, con la asistencia de una o dos personas, debe mantenérselo húmedo. Para discernir si el animal se encuentra vivo hay que observar que el espiráculo no se mantenga cerrado, ya que es a través de ese orificio por donde realiza el intercambio de gases con los pulmones. En caso de encontrarse muerto, no acercarse por el riesgo sanitario que puede implicar”, concluye.
El número de teléfono del Centro de Rescate de la Fundación Mundo Marino para urgencias es el (02252) 43-0300 o se puede contactar a la Prefectura Naval Argentina al 106.
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