Un grupo de expertos ecuatorianos halló varios ejemplares de osos de anteojos o andinos en una importante zona ganadera ubicada en el centro del país. Así lo dio a conocer el biólogo Andrés Laguna, director científico de la Fundación ambientalista BMC (Big Mammals Conservation) tras descubrir la presencia de este tipo de plantígrados en la zona ganadera de la parroquia Baquerizo Moreno, del municipio de Píllaro, en la provincia andina de Tungurahua.
Los animales fueron captados gracias a las cámaras de video- trampas, que colocaron los expertos tras recibir la advertencia de varios pobladores acerca de la cada vez más preocupante desaparición de carroña de reses en varias fincas ganaderas.
Tras varios días de paciente vigilia, finalmente lograron descubrir varios ejemplares de esta variedad de osos, cuyo nombre científico es “tremarctos ornatus”, entre hembras, cachorros y machos, que, según los expertos, descendieron desde las tierras altas del Parque Nacional Yanganates a las zonas de pastizales en busca de alimentos.
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Especie en extinción
Si bien el oso de anteojos no es de lo más grandes de la familia de los osos, mientras el macho adulto puede alcanzar el 1,80 m. de altura y los 175 kilos de peso, en el caso de la hembra adulta la altura llega a 1,60m. y su peso a los 84 kilos. Conocido también como ucumar, ucumari o jucumari, se trata de un animal solitario que casi nunca se junta con las osas, salvo en las épocas de apareamiento. Es normalmente diurno y su dita incluye una amplia variedad de frutas, vegetales y carne.
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Pero lo que más le preocupa a los expertos es que debido a la cada vez mayor caza furtiva que se practica en todo Ecuador, la especie se encuentra en peligro de extinción. De hecho, según el experto, en Ecuador habitan cerca de unos 3.000 ejemplares sobre un total de 20.0000 que, según datos oficiales, se encuentran diseminados entre los Andes suramericanos y en las montañas de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Perú y Venezuela.
Esta especie es la encargada de repoblar y mantener la presencia de muchas variedades vegetales esenciales para el ecosistema de los Andes, una región que nutre de agua a las planicies de la costa y la selva amazónica. “Son muy pocos los individuos de la especie en Ecuador, por lo que es fundamental emprender un plan de protección y educación a la población para que contribuya en su conservación”, afirmó Laguna.
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