Si bien actualmente en el mundo existen más de 5.200 especies de animales que se encuentran en peligro de extinción, hay 10 que están siendo gravemente afectadas por los cambios climáticos que se han registrado, cada vez con mayor intensidad, a lo largo de los los últimos años.
Un reciente estudio desarrollado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, sostiene que el 11% pertenece a las aves, el 20% a reptiles, el 34% a peces mientras que el 25% comprende a distintas especies de anfibios y mamíferos.
El preocupante informe señala que las tortugas marinas están en peligro debido al aumento del nivel del mar y a que las inundaciones costeras erosionan las playas en las que suelen depositar sus huevos. Además, se ha descubierto que las arenas más calientes provocan que un mayor número de tortugas marinas nazcan hembras.
En tanto, las colonias del pingûino Aldea que habita en la Península Antártica Occidental han disminuido al menos en un 80% desde la década de 1970 debido a tanto los cambios de temperatura como la reducción del hielo marino afectan a la disponibilidad de los alimentos que necesitan para poder vivir.
El leopardo de las nieves habita en las montañas con más de 3.000 metros de altitud de Asia Central, como las del Himalaya, un ecosistema muy vulnerable a los efectos del cambio climático y solo hay 4.000 ejemplares en libertad. Los corales no solo constituyen una especie viva, sino que es un ecosistema que brinda alimento y refugio a muchas otras especies y que, lamentablemente, se están blanqueando y muriendo de manera alarmante. En 2016, La Gran Barrera de Coral de Australia experimentó el peor blanqueamiento de su historia.
Altas temperaturas, sequía y deforestación
Ante el aumento de temperaturas en todo el mundo, las abejas se ven afectadas porque tienen que emigrar hacia lugares con climas más fríos y las flores de primavera florecen antes de lo normal, lo que les da menos tiempo para que polinicen. Otra de las especies más afectadas por este mismo motivo son los osos polares, que ante el deshielo su hábitat natural se pierde y de esta manera están quedándose sin alimento y tendrán que morir o emigrar a otras zonas, pero nada continuará de la misma manera para ellos.
Por su parte, la sequía, la urbanización del territorio y el desarrollo de la agricultura pone en serio peligro el futuro de las coloridas mariposas mediterráneas que habitan en España. Otra de las causas que perjudica a muchas especies son la deforestación, el tráfico ilegal y la explotación de su hábitat natural, debido a la rápida expansión de vastas plantaciones de palma aceitera. Como consecuencia de esto, el Orangután de Borneo perdió a su especie en más de un 80% en los últimos 75 años.
Por último, mientras las ballenas necesitan que las temperaturas oceánicas no aumenten por su supervivencia está ligada a ellas para la migración, alimentación y hábitos reproductivos, una investigación publicada en la revista “Nature Climate Change” afirma que el lince ibérico podría extinguirse en los próximos 50 años debido al cambio climático, incluso a pesar de la reducción de emisiones prevista por los compromisos internacionales.
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