El sorpresivo anuncio de la puesta en venta de la isla de Guafo, ubicada al sur del archipiélago de Chiloé, en el sur de Chile, ha desatado una gran ola de reclamos y repudios por parte no solo de los habitantes del lugar, en su mayoría indígenas mapuches, sino de varios grupos ambientales.
La posibilidad de que un inversor privado se anime a pagar los 20 millones de dólares en los fue cotizada la paradisíaca y hasta ahora inhóspita isla, para transformarla en un destino turístico y provoque que los ecosistemas que allí cohabitan sufran severos daños es una de las principales preocupaciones de los ambientalistas y ecologistas que ya se hicieron escuchar.
A esto hay que sumarle el reclamo de las poblaciones originarias que consideran que Guafo es un espacio sagrado en el que sus antepasados realizaban sus diferentes rituales religiosos.
La noticia se conoció después de que la firma Private Islands Inc., con sede en Canadá, la incluyera en su catálogo de lugares en venta con un aviso que dice: "Frente a la costa del sur de Chile, a 37 kilómetros al suroeste de la Isla Grande de Chiloé, se encuentra la isla de Guafo. Esta isla deshabitada, de casi 50.000 acres (202 kilómetros cuadrados) cuenta con más de 44 millas (71 kilómetros) de costa y alberga una gran variedad de flora y de fauna. La isla es privada y tiene la categoría de propiedad vitalicia”.
En barco a la isla de las muñecas mutiladas
Paraíso aborigen
Guafo es un punto clave para la conservación de la biodiversidad marina en la Patagonia ya que es la puerta de entrada para las ballenas azules que se adentran al mar interior chilote para alimentarse junto a sus crías y alberga la mayor colonia reproductiva de fardela negra del mundo
Sus costas rocosas y praderas marinas están pobladas de una rica variedad de erizos, lapas, chitones, caracoles, estrellas de mar, anémonas, jaibas, pulpos y un sinfín de peces pequeños que son visibles durante condiciones de marea baja.
Sus aguas han sido reconocidas internacionalmente por su alta productividad biológica, con un gran valor ecológico y la presencia de especies marinas altamente migratorias, emblemáticas y en peligro de extinción, la ballena azul y la franca austral, y es parte de una de las áreas de desove de peces de importancia comercial como la merluza de cola.
Todo esto hace de esta mágica isla del sur chileno un sitio de gran importancia para la conservación de la cultura y la biodiversidad. De allí la gran preocupación de sus pobladores y de las instituciones ambientalistas y ecológicas que no están dispuestas a su venta.
Por ello, 10 comunidades indígenas de Chiloé se juntaron para impulsar la iniciativa “Wuafo Wapi, territorio ancestral para la conservación”, con el fin de que declaren a la isla como “Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios (ECMPO).
La propuesta, que fue ya presentada oficialmente ante el gobierno chileno, cuenta con el apoyo técnico del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, según sus siglas en inglés), el mayor organismo conservacionista del mundo, que cuenta con más de 5 millones de socios en todo el planeta, está presente en más de 100 países y lleva a cabo en torno a 1 300 proyectos para la protección del medio ambiente.
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