Al borde de una tranquera a orillas del lago Escondido comienza un camino desconocido para el turismo: es el de los Aserraderos, trazado a lomo de bueyes hace más de 100 años, cuando en esta región de Tierra del Fuego –Km 3.000 de la RN 3– se asentaron los primeros establecimientos madereros. Para llegar hay que recorrer 57 km desde Ushuaia y atravesar previamente el paso Garibaldi, de 450 msnm, el punto más alto de la Cordillera de los Andes en esta provincia, y desde donde se comprende por qué al Escondido se lo llama así: está enclavado en un profundo valle en medio de las montañas que por esta época del año se tiñen con las primeras nevadas de otoño.
De origen croata, don Bronzovich fue uno de los primeros habitantes en llegar a estas tierras en barco –allá por el 1900– y encontrar su lugar en Ushuaia, donde realizó varias tareas para ganarse el sustento de cada día, incluso ser guardián de la famosa cárcel isleña. Con el espíritu aventurero que caracteriza a los emprendedores inquietos, años más tarde fundó uno de los establecimientos madereros más importantes de la zona que, en manos de su familia, funcionó hasta 2013, época en que “dejó de ser rentable porque las áreas de extracción se encuentran muy lejos”, según relatan las crónicas periodísticas.
De aquellos años de esplendor quedan unos hornos y alguna maquinaria herrumbrada que le aportan ese halo misterioso al paisaje y al relato del guía, con quien previamente navegamos el Escondido en kayaks al atardecer hasta la zona del cementerio de árboles. Magia pura sobre un espejo lacustre sin viento que con sus reflejos del ocaso duplicaba esa belleza majestuosa del fin del mundo.
A las siete y media de la tarde ya no había sol. Con la última penumbra ingresamos en un camino de tierra que, tras la indicación “acá doblamos a la derecha”, se transformó en una huella barrosa, oscura y angosta. Los árboles formaban un túnel que impedía ver hacia cualquier lado, tampoco para arriba. La indicación de Verónica Romaña –directora de la organización–, por radio VHF fue “no perder de vista la camioneta de adelante y estar muy atentos para replicar las maniobras indicadas”. Salirse de la huella podría ser causal de rayar, encajarse o golpear abajo. Nada de eso sucedió: la pericia de los participantes de la travesía resultó tan impecable como el track cargado en el GPS de Mainumby4x4 –que el autor de esta nota podía observar metro a metro–, donde figuraba cada uno de los waypoints con los detalles minuciosos del recorrido.
Un momento mágico: vadear el lago Fagnano
Tras unos 45’ de travesía nocturna a ritmo de segunda y primera de baja (4L), la huella desembocó en la orilla de un lago: era el Fagnano, uno de los más grandes de Sudamérica, con casi de 100 km de largo y 7 de ancho. Las camionetas se ubicaron una tras otra sobre la costa, apagaron el motor, las luces y tras unos segundos a oscuras comenzamos a escuchar, ver y sentir el hechizo de estar casi en el fin del planeta: nos invadió la brisa del viento austral bajo un cielo negro granizado de cientos de miles de estrellas titilantes. Ser parte de ese universo inefable que solo unos pocos tienen la fortuna de sentir, descubrir y disfrutar, caló profundo el alma y los huesos ¡Si hasta nos abrazamos con los ojos llenos de lágrimas!
Instantes después seguimos la marcha por adentro del lago: ¡Sí, vadeamos el Fagnano! Por la orilla avanzamos lentamente varios cientos de metros sorteando rocas (ver video en el Instagram: @mainumby4x4) hasta que en un waypoint determinado la indicación por VHF fue: “Acá se abren bien a la derecha (más adentro del lago aún) y giran en U cuesta arriba”. Im-pre-sio-nan-te trepada en medio de la más absoluta oscuridad para terminar en un refugio de madera oculto en el bosque donde nos aguardaban con la salamandra encendida, una suculenta picada de embutidos fueguinos y ensaladas varias para acompañar el asado sin hueso a punto sobre las brasas. Eran las 21:30, inmejorable final de jornada, sólo restaba conducir hasta Ushuaia para alojarnos en Los Ñires, uno de los mejores hoteles con vista al Canal Beagle.
7 días de travesía off road en el Fin del Mundo
Lo relatado hasta acá son sólo algunas horas de la Expedición al Fin del Mundo que todos los años, en abril, organiza Mainumby4x4, y que recorre más de 1.200 km durante una semana por los paisajes menos conocidos de la isla de Tierra del Fuego. Algunos de ellos: el Hito I (en el extremo norte), el barco encallado Desdémona, varias hosterías abandonadas, los cabos Ladrillero y Santo Domingo, Río Grande, Puerto Almanza, la cascada El Duende y el río Encajonado, entre otros highlights.
El viaje comienza en el aeropuerto de Ezeiza, desde donde el contingente parte en un vuelo hacia Ushuaia. Al llegar, cada participante toma la 4x4 alquilada por la organización e inicia la travesía off road más austral del mundo, con todo incluido: alojamiento premium, gastronomía full y circuitos relamente inéditos. Un viaje fuera de lo convencional hasta para quien ya viajó alguna vez a Tierra del Fuego.
Más info: Mainumby4x4, Cel.: (011) 6036-1111. Web: mainumby4x4.com | E-mail: [email protected] | Facebook e Instagram: @mainumby4x4
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