Un viejo proverbio pregona: “No importa adónde vayas, ya estás ahí”. Y así fue. Luego de atravesar 1.110 km de asfalto en excelente estado por las rutas nacionales 7, 147 y 20, llegamos a San Juan. Era la primera vez que Mainumby4x4 pisaba estas tierras poco frecuentadas por el off road, casi vírgenes para los mapas y para los eternos plagiadores de aventuras que se promocionan en las redes. El plan era recorrer y trackear algunas zonas que no figuran ni siquiera en Google. Veamos...
Si escribimos en el buscador “cerro Precalingastino”, solo aparecen 24 entradas, ninguna oficial. Sí algún que otro relato de quien en 2008 llegó en moto a la zona, una información de 2018 que describe el rescate de personas perdidas y el posteo de la instalación de una repetidora VHF en la región. Realmente, muy poco por tratarse de Google. En Instagram ocurre algo similar con el hashtag #precalingastino: apenas 54 posteos, insignificante para una red que tiene 1.200 millones de usuarios activos mensuales. Raro... por eso estábamos ahí, por el desafío constante que caracteriza al organizador: encontrar nuevos recorridos a los que pocos se atreven, como el cruce sanmartiniano de la Cordillera de los Andes en enero de este año o la expedición a la isla de Tierra del Fuego en abril, todos cubiertos y publicados por Weekend.
En esta ocasión, temprano circulábamos por lo que creíamos que eran montañas, pero que en realidad resultó ser fondo marino de 460 millones de años de antigüedad, que emergió dejando a la vista gran cantidad de fósiles del mar, entre ellos una piedra que parece una ballena y que sirve de guía a los aventureros de la zona. Es el camino que lleva al puesto Maradona y que pertenece a la estancia homónima, la más grande de la zona. Años atrás, los puesteros que recorrían la vieja ruta que conectaba Zonda con Barreal paraban en este lugar, que simula una planicie compacta, pero que si se sale del camino en realidad se convierte en una trampa, porque es una vega: un terreno bajo, llano y casi siempre húmedo, donde es muy fácil encajarse y difícil salir.
Llegada al cerro Precalingastino
Unos kilómetros más adelante sigue el puesto Agua Pinto, a continuación el viejo Camino del Telégrafo y un poco más allá el balcón desde donde se aprecia el Precalingastino en toda su extensión, atravesado por una línea finita que parece dibujada por un lápiz 0,5 mm. Por ahí pasaríamos en breve, pero para entender la adrenalina a la que estaríamos sometidos pongámoslo así: la trepada de piedra suelta tiene unos 500 de desnivel en 1.800 m de longitud y una pendiente próxima a los 20 grados que se sube en 4x4 de baja, a revoluciones constantes y sin perder tracción, porque en caso de quedarse es difícil retomar la marcha. Regresar hacia atrás o girar en U, imposible: a los costados la ladera es muy pronunciada.
Todas las camionetas traspasamos el colchón de nubes unos 1.500 m de altura e hicimos cumbre. Con las manos tocábamos el diáfano cielo. Las imágenes fueron el testimonio perfecto desde lo geográfico y lo sentimental: muy pocas personas en el mundo habían estado antes acá. Para celebrarlo, bajamos hasta el cauce casi seco –en partes semicongelado– del río Sazo, llegamos hasta el Chorro de la Vieja y saboreamos chivito al disco en el puesto Corral de Piedra. El regreso fue por el mismo camino pero más relajados: en bajada y disfrutando del mate con semitas (pan artesanal con chicharrones).
El día más picante había quedado atrás, pero los dos que seguían tenían la arena como ingrediente principal. El primero fueron las dunas de Famacoa (menos de 10 entradas en Google), ubicadas a unos 70 km de la capital provincial. Llegar a ellas es toda una aventura en sí misma. Con las primeras luces del amanecer estábamos en un punto en las afueras de Albardón que tiene: una pileta termal de uso público, un volcán de agua (inactivo), un hotel abandonado y una saliente rocosa que fue el epicentro del terremoto de San Juan de 1944. Todo junto en menos de 500 m. Sobran anécdotas, leyendas, fake news y comentarios.
Difunta Teresa
Un poco más adelante, el cauce seco del río Las Bandurrias marcó el inicio del off road: subidas, bajadas, piedras y un poco de agua nos fueron desviando hasta las Termas del Salado (abandonadas; tampoco en Google) y al camino por el que pasó el Dakar: angosto, encerrado por vegetación en varios tramos y en medio de la más absoluta soledad. A los costados, desierto y sal (Salinas del Salado) hasta llegar al santuario de la Difunta Teresa. Cuenta la leyenda que a finales del Siglo XIX Teresa Merlo de Vargas vivía con su esposo y siete hijos al norte de los Baños de Guayaupa, y que salía a darle de beber a los viajeros que pasaban por el desolado lugar cargando leña y carbón. Una mañana, estando embarazada de ocho meses, salió en busca de alimentos, pero tropezó, cayó y golpeó con su vientre en el suelo duro. Cuando su marido llegó, su bebé había muerto y ella en grave estado le recordó al esposo su última voluntad: que fuera enterrada donde vivía. Tras fallecer, él no le hizo caso e intentó llevarla al cementeio de Angaco, pero se cuenta que fue imposible, primero porque se levantó una tormenta que espantó a los caballos, y luego porque el río creció y les cortó el paso, así que retrocedieron y la enterraron allí. Hoy es venerada pos sus milagros y miles de personas se acercan al lugar a llevarle ofrendas.
Diferencias entre las dunas de El Nihuil, Tatón, Famacoa, Encón y Médano Blanco
El día terminó en las dunas de Famacoa con una punta de espalda a la llama (corte de carne típico sanjuanino), previa acción en la arena que puso a prueba a los pilotos y a sus planchas de desatasco, malacates, palas y eslingas en un terreno de crestas y filos de baja altura que parecía sencillo, pero que se volvió todo un desafío. Y que, además, permitió poner de manifiesto que no todas las arenas son iguales. Estas no se parecen a las de El Nihuil (Mendoza) ni a las de Tatón (Catamarca). La textura y la granulometría son diferentes, lo que exige un modo de conducción distinto en cada caso. Tampoco son similares a las de Encón (apenas 10 entradas en Google), a las que fuimos al día siguiente, y que se caracterizan por sus largas pendientes en subida y bajada (algunas de mayor longitud que el Médano Blanco en la costa atlántica), por tener vegetación (lo que le da mayor firmeza al suelo) y por ser más polvorientas (contienen tierra y por momentos se transforman en guadales: pantanos de polvo seco, como ocurrió en el Pozo de los Chanchos).
Pero no todo se trató de acción. También tuvimos la oportunidad de conocer el algarrobo más grande de San Juan (camino a Encón), que data de más de 400 años. De visitar el Santuario de la Difunta Correa, en Vallecito, mujer argentina que murió deshidratada en la década de 1840 en el desierto sanjuanino, pero que logró que su bebé de pocos meses sobreviviera prendido de su pecho, por lo que se le atribuyen milagros y es venerada por cientos de fieles que hacen cola para agradecerle, pedirle deseos y dejarle ofrendas (llaves de autos, chapas patente, juguetes y hasta maquetas de casas).
Soldadura eléctrica con dos baterías en serie
Y hasta hubo lugar para improvisación mecánica: una de las camionetas tuvo un inconveniente que requería soldadura eléctrica, y que la organización pudo solucionar al paso con dos baterías conectadas en serie. Todos quedamos asombrados, parecía una función del ilusionista David Copperfield, pero no en un teatro preparado para tal fin, sino ¡en el medio de la nada! ¿Cómo lo hizo? ¿Qué se requiere para soldar? La organización conectó dos baterías en serie, sacó electrodos de la valija de herramientas, una pinza y con los cables puente de arranque de baterías improvisó una máquina de soldar que funcionó a la perfección. El video de la soldadura mágica puede verse acá.
Adonde los mapas no se atreven en San Juan Weekend llegó por primera vez gracias a Mainumby4x4. En una era en la que en las redes y en los buscadores parece estar absolutamente todo, una primicia debería tener muchísimo valor documental, tanto para un medio como para un organizador. En turismo aventura no se puede hablar de plagio, pero a buen entendedor, pocas palabras.
Para agendar: la travesía fue organizada por Mainumby4x4, Cel.: (011) 6036-1111 | mainumby4x4.com | [email protected] | Facebook e Instagram: @mainumby4x4. Alojamiento premium, gastronomía full y circuito guiado.
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