Friday 26 de April de 2024
NATURALEZA | 26-07-2018 18:00

Cómo compartir las aventuras con un perro

Una canadiense, voluntaria en varios refugios de animales, aporta sus secretos para llevar a nuestra mascota a disfrutar de la naturaleza.

Rachael Rodgers, residente de Canmore, Alberta (Canadá), se convirtió en experta en aventuras caninas. Es una de las voluntarias que se encarga de llevar perros desde los refugios a las montañas para jugar. Lo hizo con docenas de canes distintos, desde un pequeño dachshund hasta un pitbull de más de 40 kilos. Y a la mayoría los acababa de conocer. “Cada raza es aventurera en su propio estilo -explica-. El truco es ajustar el tipo de actividad a la personalidad del can”.

Rodgers publica fotos de sus salidas en su cuenta de Instagram @trailsandbears, junto a la información para la adopción del animalito. Tuvo la idea en 2017, después de que su foto en kayak junto a su perra Denali -a quien su pareja rescató de un refugio 13 años atrás- se viralizara y su cantidad de seguidores explotaran: de los amigos y familia pasó a tener 20.000 seguidores entre los amantes de las mascotas. “Es una manera de tener una mejor publicidad para los perros en adopción. Nunca vas a poder ver su verdadero carácter en un refugio”, agrega la canadiense. En menos de un año, Rodgers ayudó a 30 perros a tener un hogar definitivo y aprendió mucho en el camino. A continuación, comparte sus mejores resultados sobre cómo llevar a cualquier tipo de can a disfrutar de la naturaleza.

Elegir la aventura correcta

La actividad al aire libre favorita de Rodgers, con o sin perros, es andar en kayak. Pero reconoce que algunos de sus compañeros caninos pueden preferir un picnic distendido en un paraje de la montaña, así que mantiene su flexibilidad. Lo primero que hace es

Rodgers comienza evaluando el estado de ánimo del animal y su nivel de energía. starts by assessing the dog’s mood and energy level that day. “Si me arrodillo enfrente de él y comienza a lamerme y a sonreir, es unabuena señal de que estará suficientemente calmo como para andar en kayak. En cambio, si salta a mi alrededor como un cachorro, lo voy a llevar a caminar”, revela. Como regla, cuánto más bravucón sea el can, más larga la caminata. Un perro mayor o que no está bien físicamente, tendrá una caminata corta hasta un bello lugar para hacer un recreo con muchos mimos y abrazos incluidos.

Para perros que parecen tener la mente preparada para subirse a un kayak y disfrutar de la travesía, Rachel hace primero un test run en tierra firme para que la mascota pueda revisar, entrando y saliendo  el bote a gusto. Además presta especial atención a cómo se comporta el animal en el viaje en auto hasta el lago. Uno que se sienta molesto durante el viaje seguramente se mareará en una canoa. Tu perro puede soportar estóicamente cuando manejás por la ciudad pero recorrer caminos de montaña te dará una mejor aproximación para saber si tu perro es propenso a los mareos.

Y una buena noticia para los flamantes dueños de una mascota: la voluntaria trata de no hacer suposiciones de actividad basándose en la raza; aprendió que las apariencias engañan: “El invierno pasado llevé a un husky a hacer esquí de fondo porque pensé que le encantaría tirar pero resultó ser muy dulce y sólo quería trotar a mi lado”.  

Preparativos inteligentes

Para cualquier actividad outdoor que haga, Rodgers siempre tiene un plan B, dependiendo de cómo pueda reaccionar el can, y hasta un plan C. Esto quiere decir que está preparada con una variedad de accesorios para cubrir los diferentes puestos en la montaña. Esto incluye una correa bien larga, dos litros de agua sólo para el can y un bols. “Si está nervioso y jadera, se deshidrata el doble”, aclara. Como vive en Candá, también lleva spray anti osos. También lleva ropa canina extra por si se ensucia o rompe; aunque tu mascota no sea saltarina en casa puede tener un comportamiento copletamente diferente al aire libre, por lo que es buena idea llevar mandas largas para proteger tu piel.

Para los deportes acuáticos, Rachel lleva aparatos de flotación especiales para perros y, en invierno, siempre tiene una manta a mano. Cada aventura incluye un picnic de sándwich pavo y queso o una medialuna de mantequilla de maní y jamón. Para mascotas sin problemas alimentarios, incluye un emparedado extra para compartir: “Los perros aman los sándwiches. Y resulta algo especial que crea una asociación positiva con el hecho de estar rodeado de naturaleza salvaje”.

Fuente: Jayme Moyer, Outside Magazine.

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