”Este va a ser un día perfecto para la vela”,
dice Krzysztof Nowosielski. El capitán sabe cómo interpretar el
tiempo: Desde hace 40 años navega con el velero por las aguas de su
país, en los lagos de Masuria, en el noreste de Polonia. El viaje en
barco por el Camino de los Cisnes comienza en la marina de Piekna
Gora.
En las estrechas aguas entre las islas, el velero avanza lentemente.
En la orilla no pasa gran cosa. Un pescador con su caña sigue con una
mirada malhumorada a un cormorán que tiene claramente más éxito que él.
El viento cambia y Nowosielski aprovecha un pasaje entre las islas
para entrar en el gran lago de Kisajno. Una fuerte brisa sopla sobre
la superficie del agua tensando las velas. El barco comienza a
navegar más rápidamente. Pilotes clavados en el fondo del lago se
mecen al viento. De vez en cuando aparecen cisnes y patos. El viaje
pasa junto a madrigueras de castores.
”Los meses antes y después de la temporada alta son los más bonitos
aquí”, dice Nowosielski. Durante la temporada alta hay hasta 10.000
barcos al mismo tiempo en los lagos, a veces hasta 12.000. Entonces,
incluso en las gigantescas superficies de los lagos queda poco
espacio para cada barco y el ambiente es bullicioso”. Lo que no
soporta el capitán son las ruidosas motos acuáticas y las
embarcaciones de recreo con potentes motores. La presencia de basura
de plástico en el agua después de noches de parranda demuestra que, a
determinada gente, no le interesa tener vivencias naturales
inolvidables.
Muchos turistas acuáticos alquilan para sus vacaciones veleros y
lanchas a motor. Masuria es conocida por la generosidad de las
empresas de alquiler para entregar las embarcaciones a personas sin
licencia de capitán. Como consecuencia, no pocos pilotos sobreestiman
sus habilidades y dañan la naturaleza, a otras personas y a sí
mismos.
Algunos de los que siempre se enfrentan con la imprudencia de muchos
turistas es Karol Dylewski, miembro del servicio central de rescate
en Gizycko. Durante la pasada temporada, Dylewski y sus asistentes
tuvieron que rescatar a 374 personas que se encontraban en situación
de emergencia.
”Desgraciadamente, muchos turistas que practican deportes acuáticos
no leen mapas. Si lo hubiesen hecho, se hubieran evitados los accidentes causados por
colisiones con piedras en lugares poco profundos”, explica Dylewski. Y un buen mapa con todas las informaciones necesarias sólo cuesta cuatro euros.
El riesgo de sufrir un accidente es bastante menor para quienes
navegan con su propia fuerza muscular en los pequeños ríos de la
región. Las vías de comunicación acuática entre los lagos no sólo
atraen a kayakistas de toda Polonia sino, y cada vez más, a
turistas extranjeros. Por todas partes se pueden alquilar los
robustos botes de plástico. Especialmente popular es el río Krutynia,
que sale del lago más grande, el Sniardwy, y discurre hacia el sur
por un paisaje de brezales.
En la reserva de la biosfera de la Unesco junto al lago Luknajno o
desde el mirador del vecino lago Sniardwy, las enormes extensiones de
lagos, cañaverales y praderas tienen un aspecto mágico y, al mismo
tiempo, tranquilizante. Por ejemplo por la mañana, cuando la niebla se
disipa lentamente. El trayecto entre los lagos Kruklin y
Goldopiwo es muy apacible. Remando por aquí uno llega a
la localidad occidental de Sztynort, que tiene uno de los puertos
náuticos más grandes de Masuria.
Sztynort atestigua la movida historia de las relaciones entre
Alemania y Polonia. Durante la Segunda Guerra Mundial, el ministro
alemán de Relaciones Exteriores, Joachim von Ribbentrop, instaló su
cuartel general en el castillo de la familia Lehndorff. Después de
que el conde Heinrich von Lehndorff fuese ejecutado por los nazis por
su participación en el atentado contra Hitler del 20 de julio de
1944, tropas soviéticas ocuparon el castillo. En 2009, el edificio,
que se había desmoronado, fue saneado con fondos de una fundación
cultural polaco-germana, que planea usarlo como centro de reuniones.
Información básica:
Destino: los lagos de Masuria se encuentran en el noreste de Polonia,
en el voivodato (región administrativa) de Varmia-Masuria. Es un popular destino turístico.
Cómo llegar: en avión a Gdansk y desde allí en tren a Gizycko.
También hay vuelos desde Varsovia al aeropuerto regional
Olsztyn-Mazury, y desde las ciudades alemanas de Dortmund y Colonia.
Alojamiento: en temporada baja se puede reservar una casa de
vaciones a partir de 100 euros (unos 115 dólares) por noche. Los
precios de las casas de vacaciones para dos personas arrancan desde
unos 50 euros (58 dólares) por noche. Una habitación en un buen hotel
también cuesta unos 100 euros por noche.
Oficina de turismo en Gizycko (http://dpaq.de/bUy40).
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