Si de grandes buscamos en las raíces, seguramente encontramos la razón de muchas de nuestras pasiones. El amor por una actividad, un deporte o una camiseta, por nombrar alguna de esas cosas que atrapan al ser humano. Esas atracciones suelen transmitirse de generación en generación y, como decíamos, de algún lado salieron. Tadeo Distel si busca en su árbol genealógico, seguro encontrara boyas, anzuelos y anchoas colgando, ya que indudablemente ese gusto por la pesca viene de su familia. Y con ellos, emprendió el pasado domingo un nuevo día caña en mano, en la laguna y disfrutando de una actividad que desde muy chiquito siente.
Invierno con la caña en los muelles de la costa
La cita fue en laguna Las Encadenadas, espejo que se encuentra ubicado entre los partidos de Tornquist y Pigüé, a unos 100 Km de Bahía Blanca, y a 610 Km de Capital Federal. Allí, el Club de Pesca y Turismo Pigüé organizaba un torneo que contó con buena participación de aficionados y muy buenos premios. Tadeo fue junto a sus tíos, Guillermo y Agustín Ferraro, dos jóvenes, pero experimentados pescadores que no suelen perderse ningún torneo pieza mayor y suelen estar clasificados muy asiduamente. Como suele pasar, los grandes les tiran a los pequeños que son los que deben recoger, si se diera la captura. En una mañana de poco pique, Tadeo aprendió que cada una hora había que renovar las carnadas, y en esa tarea estaban en la caña de uno de los tíos, cuando la puntera de la caña marcó la llevada de algún pez. Con esfuerzo, tomó su caña y empezó a recoger. “Viene con pasto”, fue lo primero que dijo el niño de 10 años. Venía firme, pero nada hacía suponer una importante captura, ya que la clasificación tenía mayoría de piezas de 300 a 400 gramos. A 40 metros, un coletazo, tal como describió Tadeo y borbollón delatador de que era un peso pesado. Ya cerca de la orilla, “es un peje gigante” expresó. Luego llegó la sorpresa, el pejerrey fue un ejemplar que acusó en la balanza 1.177 kg, duplicando el peso del segundo del torneo, que sería de 529 gramos. Algarabía, festejos y llamados a Luis y Milena, sus papas, que al rato estaban en la laguna.
Charlamos con Tadeo y nos contó que ya fue varias veces a distintos torneos, arrancó a pescar a los 3 años y le gustan todas las pescas. Aunque no se hace sus líneas aún, le gusta ver mucho por internet y ya pensó que hacer con parte del premio. Irse de vacaciones con sus padres y su hermana menor, Catalina. Antes de despedirlo, no quiso olvidar dedicar la victoria a la familia, especialmente a los tíos Guillermo, Agustín y Vicky.
Pejerreyes: consejos para clavar mejor
La pesca es familia, es enseñanza y es camaradería. Es acumular sensaciones imborrables como las que vivió esta familia este fin de semana con Tadeo, que, como si fuera poco, con el triunfo y las vacaciones, ya está pensando en el 6 de agosto, en otro torneo que hay en la zona y donde estará presente junto a los tíos. Que sigan los éxitos.
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