Pejerreyes a toda velocidad en Magdalena

En la búsqueda de lugares cercanos a Capital Federal, nos contactamos con Javier “Pity” Sancho, un referente de Magdalena y gran conocedor de la zona debido a su basta experiencia como bombero del partido y personal en grandes eventos y donaciones a nivel local. Fue él quien nos comentó que el pique en esa zona se venía dando sobre la franja costera, a no más de 1.500 m de la orilla. Como resultado se obtenían pejerreyes que iban desde los 30 cm, con algunas sorpresas de hasta 50 cm. Ejemplares que en ocasiones y con viento sudeste pasaban el kilo de peso. Y allí fuimos cuatro inolvidables horas con un resultado excelente.

Primeros intentos

En compañía de Daniel Pavoni (de Pescavisión), Alberto Frontoni y de nuestro amigo Ignacio Esquivel, corredor de turismo carretera categoría Pista Mouras, partimos desde el muelle de Atalaya, lugar donde se concentran los pescadores a la vera del arroyo local,y donde las embarcaciones se aprestan para salir hacia el Río de la Plata con la finalidad de realizar la pesca de estación que convoca a los aficionados en esta época: la de flechas de plata.

El día se presentaba con vientos del Sudoeste de no más de 10 km/h, lo que nos dejaría navegar plácidamente hasta las 14, momento en el cual –según el Servicio Meteorológico Nacional– cambiaría de dirección y se incrementaría, dato no menor a tener en cuenta cada vez que nos embarcamos en el río más ancho del mundo.

Arribados al lugar y con la embarcación detenida, armamos líneas de tres boyas medianas, de formato chupete y ping pong de 40 mm, ya que nos encontrábamos con un espejo planchado que permitía verlas navegar. Anzuelos: número 1/0 encarnados con mojarras vivas y filet del mismo pejerrey. Con respecto al resto del equipo, reeles del tamaño 2.500 a 3.000 cargados con multifilamentos de 0,15 hasta 0,17 mm aptos para 20 lb (1 lb = 0,453 kg) y cañas telescópicas que iban desde los 4,20 hasta los 4,50 m de largo, debido a que la distancia de las líneas tiene que ser superior a los 3 m para que les permita navegar bien sin que se enreden si tenemos dobletes de piques, muy frecuente en el río.

La pesca

Con la embarcación de más de 7 m de eslora “sujeta” mediante dos anclas de capa (la deriva es más segura y estable) y las líneas en el agua, el primer ejemplar no tardó en llegar. Estábamos en el sector conocido como La Vasquita, de playas de conchillas y sedimentos, con gran concentración de comida para el pejerrey. Allí el guía pudo izar una robusta pieza de 35 cm capturada cerca de la embarcación, que tomó a 10 cm de profundidad con una llevada firme. Por su parte, Daniel no tardó en pescar un doblete de las mismas características, mientras Nacho y Alberto iban probando líneas de diferentes colores y formatos para dar con la exacta. Una vez que las pusieron a punto empezaron a izar pejerreyes de gran porte.

Segundo sector

El garete nos había corrido de zona con rumbo Sur hasta un lugar conocido como el Espinillo, a unos 2.000 m de la costa. En el primer tiro Daniel pudo clavar un robusto ejemplar de más de 40 cm que se tentó con un filet de pejerrey al que le agregó mojarra. Por su parte, el guía, Nacho y Alberto seguían sumando a la cuota. En solo una hora y media ya teníamos medio tacho de 20 litros de pescado de muy buen tamaño. Pero igual decidimos hacer una última parada frente a los campos de Ferreyra, un point que en las últimas salidas del guía venía rindiendo con portes de mayor calidad, ya que las aguas de este sector son muy claras. El ecosonda marcaba una profundidad de algo más de 2 m con aguas bastante oxigenadas. Bastaron 10 minutos para que las cuatro cañas tuvieran un frenesí de piques, todas al mismo tiempo: era tirar y sacar pejerreyes de mayores portes. Hasta dimos con algún voraz ejemplar que superó los 45 cm y que tomó dos carnadas: la del anzuelo de la última boya y, a la vez, la de la bigotera.

Conclusiones

Si el pronostico ayuda, es suficiente sólo media jornada de pesca para hacer una cuota seleccionada de piezas mayores a los 30 cm, con algunos ejemplares que rompen el molde como sorpresa. Se trata de una pesca fácil en un lugar donde hay mucha cantidad de pejerrey, tanto que es ideal para poder aprender a clavar e iniciarse en la pesca de embarcado con la familia. El lugar, además, es una buena alternativa porque posee un cómodo muelle para bajar las pertenencias. El predio municipal es gratuito, posee estacionamiento con sombra para los vehículos, y bancos y mesas para poder almorzar después de una media jornada de pesca exitosa.

Un párrafo aparte merece nuestro piloto de TC y amigo Ignacio Esquivel, quien pasó un día de pesca magnífico. Los pilotos de altas categorías están todo el tiempo cargados de adrenalina en el autódromo, por lo cual distenderse en el río para disfrutar de la naturaleza es un inmejorable pasatiempo.

MAPA DE LA ZONA

• Cómo llegar: Desde C.A.B.A., por autopista Bs. As. - La Plata hasta la bajada de la Av. 122. Desde allí seguimos con rumbo Sur hacia la localidad de Magdalena y luego por Ruta 11  hasta el pueblo de Atalaya. En el cartel que indica al balneario municipal, doblamos hacia la izquierda por unos 4 km, hasta el muelle del embarcadero en donde dejamos los vehículos. 
• Guía de pesca: Javier “Pity” Sancho posee 4 trackers de más de 7m de eslora (hasta 6 pescadores) con motorización y personal habilitado por Prefectura. Además, todo el año cuenta con equipos para el pescador deportivo. Según la época sale en busca de corvinas rubias, patíes y pejerrey. También trabaja con grupos. Tel.: (2223) 461976. Instagram y Facebook: Javier Pity Sancho.
• Carnadas: Ariel, mojarras todo el año por mayor y menor. Abierto de 6 a 12 y de 17 a 21. Einstein 4270, Quilmes. Tel.: (11) 6635-8813. Redes: Carnadas Ariel.