Cuenta regresiva para el torneo de las 20 horas pescando

Todo arrancó en la década del 60 y fue sufriendo modificaciones hasta encontrar un formato que hoy es un clásico para todo aquel que ha participado. la Maratón Internacional de Pesca Variada Embarcada del Club Pira Pytá, el torneo con más historia en la provincia de Misiones ya está en la recta final de su organización y ya los aficionados pueden inscribirse para un evento que se realizará el 12 y 13 de octubre del corriente año.

En la 51° edición de este torneo, todavía se trabaja en la organización, pero es muy probable que la cancha de pesca sea similar a la que se emplea desde hace varios años: desde el puente internacional “San Roque González de Santa Cruz” hasta la zona de la desembocadura del arroyo Mártires, en la zona Oeste de Posadas. Desde la institución dijeron que en esta oportunidad los equipos estarán integrados por dos pescadores y como ya es habitual, el premio mayor será una embarcación; y en este caso es un tracker 540 con un motor de 40 HP, pero también se pondrán en juego otro motor fuera de borda de 5 HP, equipos de pesca y camping que serán sorteados durante el almuerzo de entrega de premios. La inversión total en premios supera los $ 18.000.000, detallaron. Los pescadores ya pueden inscribirse, y hasta el 9 de septiembre tienen un costo de $ 150.000 y se podrá abonar en dos pagos. Los que opten por hacerlo desde el 10 de septiembre, abonarán $ 180.000.

Un poco de historia

Según señaló el histórico dirigente del Pirá Pytá y la pesca sudamericana, Miguel Brollo a Primera Edición, el torneo debut de las 20 Horas solo logró reunir 17 embarcaciones. Por ese entonces, la clasificación era individual y fue ganada por Carlos “Cacho” Pérez. En la segunda edición ya participaron 38 botes. Sin embargo, a las once de la noche se abatió un temporal sobre Posadas que determinó que el fiscal dispusiera su suspensión sin haberse cumplido la mitad de las horas de pesca. Lo anecdótico fue que algunos participantes no se enteraron de la medida hasta la mañana siguiente en que apareció el fiscal a informarlos. Cabe agregar que la cancha de pesca era muy extensa: iba desde la isla Sarandí, aguas arriba del club, hasta la Isla Perdida, aguas abajo. En sus orígenes no se cobraba inscripción y no existían premios de valor pecuniario. Por aquellos tiempos, la idea original del Pirá Pytá era hacer un torneo que tuviera una duración de 24 horas, pero los horarios que disponían los pescadores durante el fin de semana obligaron a bajar a 20 horas.

La competencia en su reglamento original era muy simples y procuraba facilitar la pesca en el concurso a quienes no eran concurseros. Por un lado, el participante podía dedicarse exclusivamente a la pesca de una de las especies por las que se concursaba: pira pytá, dorado, pacú o cuero. En esta última sólo se computaban surubí, pirá pará y manguruyú. En el caso de las especies de ley el reglamento otorgaba 200 puntos por cada pira pytá -debía tener más de 60 centímetros-, y 100 puntos por cada una de las otras especies. El dorado debía medir como mínimo 70 centímetros al igual que el surubí y el manguruyú. El pacú sólo 40. Además, se otorgaba un punto por kilo y fracción, recordó Brollo el año pasado. Por otra parte, también se concursaba por una clasificación general en la que además del puntaje por especie se otorgaba un punto por pieza y un punto por kilo y fracción por fracción. Eran tiempos de una ganchera donde se exhibían los mejores ejemplares que se habían sacado. Todo eso cambiaría luego con la instauración de la pesca con devolución total.

En la historia más fresca, el año pasado la competencia fue ganada por Miguel Schmalko y Diego Flach; mientras que en la edición 2022 el trofeo mayor viajó hasta Chascomús, en el corazón de la provincia de Buenos Aires, a manos de José Ferrari y su hijo Manuel.