Cuando las lagunas explotan de pejerreyes, los guías abundan y para todos, sale el sol como se suele decir. Podemos elegir entre un servicio u otro, que las diferencias serán escasas o poco perceptibles para muchos. Todo cambia cuando el pique no aparece y tras un viaje sin una buena cosecha de pejerreyes, empiezan a notarse esos detalles que no se tienen en cuenta en muchas ocasiones. Y ese es un momento que podemos decir que se vive hoy, con demasiados espejos bonaerenses que están sin pesca, con abundante pejerrey pero que no quiere comer. Con ese contexto, se valora aún más la sinceridad de los guías que, ante nuestras consultas periodísticas o de los mismos pescadores, con franqueza nos recomiendan no ir, a sabiendas de que están trabajando y, tanto como cada ser humano, necesitan de los ingresos para llevar el pan a su casa. Ellos tienen muy en claro que una salida pérdida hoy, son diez ganadas en el futuro, por la buena fe demostrada en este momento.
Pejerreyes desde la orilla en La Salada
Esta semana fueron muchos los guías que mostraron su integridad en este tipo de situaciones, uno de ellos, un amigo de muchas temporadas de pesca, hablamos de José Vargas, quien lleva las riendas de un emprendimiento que tiene el nombre de Urión La Gaby, junto a Leticia, su esposa y un grupo importante que forma parte de su equipo de trabajo. José opera en Salada Grande de Madariaga, una de las que sufrió ese bajón producto de las bajas temperaturas. Nos decía que el pejerrey sigue aletargado, no está comiendo y todo se puede deber a la temperatura del agua, muy fría y con un nivel que ha mejorado con respecto a meses anteriores. Tras tocar hace muy poco los 80 cm, ahora tiene 1.30 m, en los sectores más profundos, unos 50 cm han elevado tras las lluvias.
Tras la lluvia, el pejerrey pica en Madariaga
En el caso de José, la última pesca interesante fue hace una semana, con un día agradable y buena temperatura. En esas condiciones, el pejerrey picó y lo sacaron a 10 cm de la superficie, con mojarra viva como un filet de dientudo bien fino. Tras ello, la temperatura cambió, los registros térmicos descendieron considerablemente y toda la semana la actividad piscatoria fue mala. Con sus embarcaciones, no están ingresando y advierten a los pescadores que la pesca es mala y no es el momento para visitar la laguna si se dan esas condiciones. El peje aletargado, pasado de frio que no come, pareciera que ni siquiera abre la boca.
Aunque la expectativa para el fin de semana era otra, ya que se esperan de 20 a 23°C, lamentablemente hay un 90% de probabilidades de lluvias, lo que complicaría el acceso que, como se sabe, es imposible con precipitaciones. Será cuestión de tener paciencia y ver si las condiciones se dan para poder volver a disfrutar de una laguna que está llena de pejerrey, como se advierte en la navegación.
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