Estamos en un periodo de vacaciones y no podemos de dejar de llevar la caña a donde vamos, así que, para darles algunas opciones, hoy les hablamos de un destino muy vinculado al descanso, pero que guarda un as en la manga para los amantes de la pesca invernal, Carhué. Ubicada a 530 kilómetros de CABA, en el Partido de Adolfo Alsina y muy cerca del límite con la Pampa, esta pintoresca ciudad ofrece un recorrido único para apreciar de cerca la obra del arquitecto Francisco Salomone.
Cinco lagunas con pique, aún en pleno invierno
Además, su museo, en donde podemos conocer en profundidad parte de la historia de los pueblos originarios de la zona, y lo que dejo la conquista del desierto. También, las curiosas ruinas de una inundación, el lago y las termas entre otros atractivos turísticos. En lo que concierne a la pesca, es abundante, pero hay que estar informado para llegar a alguno de los tantos espejos de agua que la rodean, algo que nuestro amigo Fabián Strach Katz logro después de varias visitas a localidad y que esta vez se concretó al conocer a Don Agustín, dueño de unos campos cercanos que contiene La Escondida, una laguna difícil de ubicar sin el permiso y la orientación de su dueño.
Para llegar a ella tenemos que ir desde Carhué, hacia ruta 60 por el camino Héroes de Malvinas, cruzar esa ruta y seguir unos 35 km por el camino rural con dirección a San Miguel Arcángel, hasta llegar a una depresión del terreno a donde aparece la laguna, que según indicaban, con lluvia suele crecer rápidamente y anegar el acceso, por lo cual el vehículo debe quedar alejado de la orilla. El lugar es inhóspito y es básico tener todo lo necesario para enfrentar la jornada, que en este caso fue helada y con una intensa llovizna por momentos.
La pesca fue de costa y según nos decía Fabián la clave estuvo en los anzuelos, el Mustad 277F N° 1/0, que permitía presentar una mojarra chica o mediana logrando una clavada efectiva sin que se desprenda en el lance, el que, por otra parte, tenía que ser lo más lejos posible, utilizando línea de fondo y plomada de 100 gramos por lo menos. Cuando amaino el viento pudo cambiar a un equipo más sutil, caña de 2.70 metros con un plomo de 30 gramos y una sola brazolada, algo ideal para aumentar la sensación de pesca que por cierto fue toda con devolución y en una cantidad como calidad, excelente. Por último, vale aclarar que no hay puestos de carnada en la zona y solo se consiguen encargándolas en Carhué en el acceso al barrio Illia.
Un ámbito que supo destacarse hace varias temporadas y hoy lo rescatamos, en tiempos de vacaciones de invierno y en momentos donde las opciones de pesca no abundan. Sin dudas, para agendar.
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