Cada pescador que se acerca al río Paraná sueña con algún enorme pez, muy probablemente, piensen en un dorado o surubí, las especies que pican en punta en la región. Otros pueden ilusionarse con un pique inolvidable de alguna boga, pacú o de un peleador manguruyú. Pero no son tantos los que imaginan tener, del otro lado de la caña, una raya que supere los cien kilos, como le pasó a un grupo de aficionados que intentaban la práctica de la actividad frente a las costas de la ciudad de Esquina.
El hecho ocurrió el domingo por la tarde, cuando turistas de Campana, Buenos Aires, pescaban en el Paraná. Habían contratado los servicios del guía Cristian Silvero para la pesca río adentro, pero cuando tomaron dimensión del animal que habían pinchado, se vieron obligados en solicitar ayuda para sacarla del agua.
El Faro de las corvinas rubias, bagres y rayas
El guía local contó a Actualidad Esquina que “Estaban pescando con morena y costó más de una hora y media para poder levantarla”. Tras las fotos rápidas y algún video, la devolvieron al río, tal como quedó documentado en imágenes. Al ser consultado el experimentado guía, manifestó que pesaría entre 130 y 150 kilos.
Una increíble raya picó en Corrientes
Las rayas, junto con los tiburones y las quimeras, forman un grupo animal conocido como peces cartilaginosos porque su esqueleto está compuesto íntegramente por cartílago. Estos peces figuran entre los animales acuáticos más vulnerables al impacto humano porque tienen tasas reproductivas muy bajas y les cuesta mucho recuperarse de la sobrepesca o la alteración de su hábitat como resultado de la contaminación o modificaciones físicas. Según señala un estudio científico del 2015, donde científicos de diversas instituciones, coordinados desde el IBS, analizaron la conservación del pez de agua dulce más grande de América del Sur, se llegó a la conclusión de que la sobrepesca y la pérdida de hábitat son dos amenazas que enfrenta la raya gigante que habita los grandes ríos de la cuenca del Plata.
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