Los surubíes siguen dando la nota en Puerto Piracuá

Desde Graneros, una localidad de poco menos de tres mil habitantes, ubicada en el sudeste de la provincia de Tucumán, el pescador Omar Lucena, junto a sus hijos Agustín y Emiliano, salieron en búsqueda de emociones fuertes, caña en mano. Se sumó un amigo incondicional, Juan Pablo Ruiu, y partieron rumbo a la provincia de Santa Fe, allí, la idea era visitar Florencia Lodge, en Puerto Piracuá. 

La distancia a recorrer era importante, aunque la expectativa se tornaba muy interesante por lo charlado en la previa con los prestadores, en relación a la buena pesca. Llegaron el viernes por la noche a una cabaña muy bien equipada, recibiendo una excelente atención de Ariel Vallejos y de todo el staff del Lodge. Con ese buen inicio, se fueron a dormir y a esperar ansiosos la salida del sábado.

Bien temprano, tras el desayuno embarcaron con el guía Santy Fisch, quien sería su anfitrión durante las dos jornadas de pesca. El primer día, los resultados fueron buenos, con dorados, algunos armados y una amplia variedad de bagres. A mediodía, pararon a almorzar en la isla, punto de encuentro de todos los guías de la cabaña, disfrutando de un momento clásico como inolvidable a orillas del río. 

Tras el descanso reparador, el domingo bien temprano salieron en búsqueda de buenos piques. Fueron río arriba, con una buena pesca en la mañana y una tarde que fue inolvidable. Tras lograr varias capturas en un sector del río, el guía decidió moverse a una zona más tranquila, con menos movimiento de embarcaciones. Allí, cuando el reloj marcó las 17 hs, una caña, la de Agustín Lucena, se topó con un peso pesado, un surubí que demandó más de 40 minutos de batalla para sacarlo a la superficie y subirlo a la lancha. Se trató de un ejemplar de aproximadamente 50 kilos, de 1.65 m. Picó con señuelo, haciendo trolling y con el detalle que cazó, no fue enganchado del lomo ni de otra parte de su cuerpo. Según el guía, al estar disfrutando de jornadas de buena temperatura, los surubíes se activan y salen a cazar, a diferencia de cuando hace frío, que no tienen movilidad, se quedan en el fondo y suelen ser robados del lomo. 

La ida al destino de pesca se hace corta, la ansiedad por llegar hace que los kilómetros parezcan menos. En cambio, las vueltas se hacen largas, producto del cansancio y parece que no llegamos más. A Omar Lucena y su grupo, seguramente esto no le pasó. Se les hizo muy corto el regreso, ya que había mucho para ir rememorando en la ruta, el relato de cada pique, cada momento vivido en el río o en el lodge, y ese surubí que se ganó su devolución, como corresponde, tras la dura pelea. 

Servicios:

• Florencia Lodge: Tel.: (03482) 606378.