La pesca que se realiza a la vera de los cursos de agua que cruzan la Ruta Provincial 11 y desembocan en la Albúfera de Mar Chiquita es una de las que más pasiones despierta entre los pescadores deportivos, quienes se acercan desde diferentes puntos de la Provincia de Buenos Aires para disfrutar de la captura de pejerreyes muy robustos y peleadores; esos primeros que abandonan la laguna y comienzan su primer recorrido campo adentro en busca de un ámbito más tranquilo.
Como suele suceder a esta altura del año, la temporada está en marcha y de entrada ya se puede vislumbrar que la historia pinta bien. Los primeros intentos tuvieron como fuerte epicentro el arroyo Grande (Km 456) y, sobre todo, el arroyo Las Gallinas (Km 443.5) donde se dieron los mejores ejemplares. Claro que este tipo de entorno obliga a realizar una caminata larga, en muchos casos, de una hora de duración, donde el curso de agua obliga a ir probando suerte. Lógicamente, los primeros aparecieron más cerca de la desembocadura.
Invierno con la caña en los muelles de la costa
Los últimos días trajeron novedades en Canal 5, el otro lugar por excelencia para esta pesca, porque además permite el ingreso con vehículos. El camino no está nada fácil, hay que ser muy cuidadoso y evitar transitarlo si en los días previos hubo lluvias. La faena se centró en la zona de la horqueta, con un pejerrey muy peleador y grande, que hace pasadas constantemente en un sector que, luego de tantas lluvias en la zona, recuperó con creces el caudal de temporadas anteriores.
Más allá del ámbito, es importante remarcar que el pique no está fácil. Y tampoco firme. En días puntuales come muy bien, pero en otros ni siquiera toca los anzuelos. Es típico del momento, el pejerrey está errático y es el pescador, con su paciencia y templanza, el que debe hacer los deberes. Brazoladas largas de fondo, con plomos livianos que permitan la deriva del aparejo, e incluso pescar a contra corriente, puede ser determinante. Dos ejes centrales no se modifican: el camarón coloreado de amarillo y el anzuelo número 5 es la combinación inamovible.
Si bien todavía son resultados preliminares y falta mucho por analizar, la buena noticia es que el peje arrancó firme para abrir la primera parte de la temporada, que encontrará un alto al fuego el 1 de septiembre, cuando comience el período de veda (donde se podrá pescar sólo sábados, domingos y feriados) para que la especie pueda desovar. Los resultados conseguidos están a la vista y vaticinan una temporada que, sumado a las buenas previsiones climáticas de cara a la primavera, puede llegar a ser inolvidable.
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