Pejerreyes que hay que buscar al ras del fondo

Este fin de semana, la temperatura parecía ser de verano, por ello, aprovechando esa ventana de buen clima, este sábado decidimos visitar laguna San Miguel del Monte, espejo ubicado a sólo 100 km de CABA. La única contra, el pronóstico indicaba viento más de 50 km/h, situación que no iba a impedir nuestra salida y la oportunidad de ir en busca de sus pejerreyes. 

A las 8.30 hs, ya estábamos en el Club de Pesca San Miguel del Monte, donde Lautaro ya nos esperaba con su waders en el agua para prepararnos el bote que habíamos reservado. Una vez realizado el rol de salida, nos dirigimos a una zona donde se encontraban varias embarcaciones pescando, en inmediaciones del club San Huberto. Sabíamos que en este espejo hay que buscarlos casi al ras del fondo, por lo tanto, luego de elegido donde anclar, medimos la profundidad, 1.10 m. Decidí regular las brazoladas a 80 cm, y ni bien tocaron las boyas el agua, un toque y clavada del primer pejerrey. Así se dieron tres piques casi simultáneos, con capturas de piezas de 28 cm. 

Ernesto, quien me acompañaba en esta salida, decidió probar con un paternóster para ir probando la profundidad en que estaban comiendo, y coincidía al tener actividad a esa profundidad. Cada tanto, mirábamos las embarcaciones cercanas, y también tenían capturas. Encarnábamos con mojarras chicas, de cabeza a cola para tentarlos y teníamos piques espaciados, pero continuos. En un momento, se cortó el pique y decidimos corrernos más al centro de la laguna, pensando que podía variar los portes y también la profundidad. Encontramos un hueco donde había muchísimos biguás y estaban todos con pejerreyes en la boca haciéndose un gran festín. Apostamos por anclar ahí. Variamos aparejos, usando brazoladas más cortas, entre 40 y 60 cm, y aún así, seguimos teniendo piques de pejerreyes que oscilaban los 30 cm, ejemplares más robustos y más gordos.

Lo lindo duro poco, ya que se levantó el anunciado fuerte viento del sector oeste, situación que hacía muy incómoda la pesca, por lo cual decidimos buscar la costa para anclarnos y estar más tranquilos, ya que no dejan de ser unos botes de borda muy baja. A partir de ese momento, el pique se cortó, y aunque volvimos a movernos de lugar, nada de actividad, por lo que ya casi con la cuota de 20 pejerreyes por pescador, cerramos la jornada antes de lo pensado. Menos mal que fue así, porque ni bien llegamos, el viento roto al sector sur con una terrible intensidad. La temperatura bajó más de diez grados en minutos e incluso trajo momentos de zozobra en otros aficionados, lo que obligó a Ernesto y Lautaro a realizar un rescate de unos pescadores que estaban a remo y el viento no les permitía regresar.  

En la costa, conversamos con algunos pescadores que habían salido antes, y los que obtuvieron capturas, fueron los que ya tenían el dato de que hay que buscarlos en profundidad, casi al fondo. Tal vez, algunos aficionados, acostumbrados al Río de la Plata, que los pescan más arriba, no prestaron atención a ello, y salieron con apenas 4 o 5 por embarcación. Sin dudas, este es un dato importante e ir preparado con estos largos de brazoladas es clave para visitar este ámbito, al menos, por el resultado que obtuvimos en esta oportunidad. 

San Miguel del Monte sigue viva con sus pejerreyes, una laguna muy cerca de los que vivimos en Capital, está en nosotros no depredarla y respetar la cuota permitida, como también, no navegar a más de 15 km/hora.