¿La personalidad de los perros cambia con el tiempo?

Tal como los seres humanos, los perros tienen una personalidad que determina su comportamiento. En la mayoría de los casos, estos rasgos de personalidad dependen de la crianza proporcionada por sus dueños. Un estudio reciente sugiere que, tal como ocurre con las personas, la personalidad de los perros va cambiando dependiendo de ciertos factores. A saber:

Van cambiando a medida que envejecen: cuando las personas afrontan eventos críticos en su vida, su personalidad tiende a cambiar. Los investigadores sugieren que esto mismo ocurre con los perros, mostrando un alto grado de semejanza. Para llegar a esta conclusión, llevaron a cabo un estudio a gran escala del que participaron más de 1.600 perros de 50 razas distintas y sus dueños. Adicionalmente, los animales fueron de distintas edades, desde unas pocas semanas hasta los 15 años. Se les solicito a los dueños que completaran una encuesta en la que se evaluaba el historial de conducta de sus mascotas y demás comportamientos significativos a lo largo de sus vidas. Y también tomaron en cuenta la personalidad de los amos.

De esta forma se descubrió que tres elementos determinan los cambios en la personalidad de los perros a lo largo del tiempo: la edad, la personalidad de sus dueños y la relación que se establece entre ambos. Observaron que, a medida que envejecen, los canes adquieren una personalidad más rígida, o sea que son más difíciles de entrenar. Así determinaron que la mejor edad para entrenar a los perros es a los seis años, pues aún son jóvenes pero ya no son tan excitables como de cachorros. Los rasgos de personalidad asociados al miedo y a la ansiedad tienden a mantenerse estables en el tiempo.

Los dueños tienen una gran influencia sobre la personalidad de sus mascotas: efectivamente cada perro se parece a su dueño. Y comparten rasgos de personalidad como la extroversión o la timidez. Asimismo, se encontraron semejanzas en torno a la capacidad de sociabilidad, la tendencia a sentir miedo y la agresividad entre los perros y dueños.

En la misma línea se observó que el entrenamiento y las clases de obediencia tienden a lograr que los canes muestren rasgos de personalidad más positivos. Los investigadores plantean que estos resultados demuestran el poder de las personas para influir sobre sus mascotas.