La española Laia Sanz entrenó duramente para conducir su KTM 450 Rally durante el Rally Dakar 2018 que comenzará el sábado 6 en Lima, Perú, y se extenderá hasta el 20 de enero recorriendo Bolivia y la Argentina, hasta culminar en Córdoba Capital.
A los 31 años y con varias preseas internacionales en su haber, la motociclista de Red Bull está lista para enfrentar a cientos de competidores en su octavo Dakar.
Amante de las dos ruedas desde que era una nenita, explica cómo se preparó para soportar temperaturas extremas que van desde los 50 º en el día a dormir en condiciones de helada por la variación de altura. Oriunda de Barcelona, Sanz eligió los Pirineos como lugar de entrenamiento durante el invierno del Hemisferio Norte. Allí hizo esquí de travesía, actividad que la ayudó a preparse para dos factores clave del Dakar: navegación y soledad.
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“Me mantiene en foco -explicó-. Entrenar en altura es muy últil para participar de esta competencia. Caminar la montaña me ayuda a trabajar todos los músculos de las piernas y es un gran complemento para mi ejercicio habitual. Cuanto mejor siento mi rendmiento físico, mejor será mi estado de ánimo frente a la contienda”.
Además, Laia pasó mucho tiempo ejercitándose en el gimnasio de Barcelona: “Prefiero las sesiones de calidad. Lo que quiere decir que no son muy largas sino que hago trabajo intensivo en series de 60/70 minutos, con detenciones muy cortas entre cada ejercicio así mantengo bien alto el ritmo cardíaco. El motociclismo en el Dajar es muy demandante y tengo que enfocarme en todas las áreas: las piernas -subes y bajas un montón de veces- pero también los brazos y la espalda, en la fuerza del tronco... Todo el cuerpo es importante”.
La deportista destaca especialmente un ejercicio, al que llama El Espantapájaros: “Comencé a hacerlo cuando estaba practicando en la moto. Consiste en ejecutar pequeños saltos cuando empujo el peso hacia adelante y hacia arriba. Es bastante intenso en el uso de los brazos, la espalda y las piernas”. Además, la Sanz usa regularmente motos y bicicletas para practicar. “En mi moto, tiendo a hacer dos series de una hora cada una, pero depende de dónde me encuentre y de cómo sea el terreno del lugar”, explica.
La dieta también es importante, y ella es muy conciente de ello. Con etapas de actividad de hasta ocho horas de duración, los participantes en el Dakar sólo se provisionan de líquidos durante el día. “Perdí alrededor de 6/7 kilos durante mi primer Dakar porque tuve problemas para comer. Es muy difícil cuando tienes que levantarte cada día a las 3 de la mañana. Por eso ahora me hago sandwiches pequeños y llevo en la campera barras de cereal, nueces y frutas para comer durante el día, desde que salimos hasta que llegamos al puesto de abastecimiento”.
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Como parte del team australiano KTM, que ya lleva 16 ediciones en el Dakar, Sanz y su equipo de ingenieros y mecánicos están listos para cumplir con su responsabilidad de mantener la frente alta y alcanzar un buen resultado en la competencia. “Un objetivo realista es terminar entre los 15 primeros, y si no fallo, podría alcanzar un puesto mejor”, finaliza la catalana.
Fotos y video: Gentileza Red Bull.
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