Como todos los años en cuanto aparecen los días fríos y se acercan las vacaciones de invierno, surge la misma pregunta: ¿este año haremos montaña, mar, sierra, campo o simplemente, todo junto? Para quienes disfrutamos de la actividad rodantera, la temporada invernal suele ser la que más se necesita planificar con anterioridad, ya que las condiciones meteorológicas muchas veces impiden llegar a destino. Esta situación es posible anticiparla teniendo en cuenta algunas cuestiones que enumeraremos a continuación, pero que se resumen en dos: una que tiene que ver con el vehículo en sí, y otra con el viaje y lugar de destino.
Consideraciones para el vehículo
Las bajas temperaturas a las que someteremos a nuestros hogares móviles requieren que preveamos tomar en consideración puntos críticos básicos, sobre todo en aquellas estructuras que no fueron construidas de modo comercial o no conocemos su origen de fabricación. Veamos...
Las aguas (en plural, porque están las de consumo, las grises y las servidas): como bien sabemos, todos los fluidos sometidos a temperaturas bajas suelen transformarse en estado sólido, por lo que es posible que se obturen cañerías o dejen de circular. Por ello es importante tratar de mantener los tanques aislados del ambiente, sobre todo si hay nieve o estamos en zonas de costa.
El gas: es otro fluido que al expandirse en la salida de los picos de las garrafas reduce considerablemente su temperatura y, si el ambiente es frío, se congela y deja de salir o pierde presión, lo que imposibilita el uso del artefacto conectado. ¡Imaginemos si ese artefacto es el calefactor de la cabina del vehículo! Por eso es importante tener estos equipos en lugares cubiertos y –si es posible– protegidos de la inclemencia del tiempo.
Otro punto importante es la ventilación interior, ya que uno de los grandes problemas encontrados en los vehículos recreativos de todo tipo es la humedad, la que habitualmente se genera con la respiración de los ocupantes, los vapores generados por la cocina y el agua caliente de la caldera o calefón. Ese conjunto requiere que tengamos un buen flujo de aire hacia el exterior sin con eso perjudicar el clima interior. Para ello se utilizan equipos que operan con calor seco, como los caloventores eléctricos o calderas de gas oil con turbinas que dispersan el calor por todos los ambientes en que se instala una salida de aire. A esto se suman pequeños extractores que puede estar ubicados en las zonas centrales del vehículo o cerca del baño y la cocina.
La aislación de las ventanas también es importante, ya que son los puntos de mayor intercambio de temperatura, por eso existen modelos que están diseñados para evitar este inconveniente, los cuales tienen un doble vidrio con cámara de aire que impiden esa transferencia de calor y aíslan de mejor manera ambos ambientes. Además, minimizan la concentración de humedad en los cristales y la posterior condensación que genera ese típico goteo que termina malogrando el revestimiento interior y –en algunos casos incluso– hasta parte de la tapicería de camas o sillones debajo de estas aberturas.
Planificaciones por delante
En cuanto al viaje o lugar de destino, tenemos que analizar todas las cuestiones que conlleva el clima exterior en la zona elegida. ¿Qué significa? Que si elegimos la montaña en invierno es posible que tengamos que afrontar nieve, hielo en ruta y exceso de humedad en caminos de ripio o tierra, los que estarán mucho más fangosos e –incluso– intransitables. También las zonas de la costa traen aparejada algunas cuestiones a contemplar: desde vientos elevados a muy bajas temperatura. Pero hay algo común a cualquiera de estos lugares: una menor cantidad de campings y comercios abiertos. Lo primero hará que tengamos que buscar por más tiempo un sector de acampe o de pernocte, lo que conlleva algún tiempo más de manejo y –por consiguiente– mayor cansancio y consumo combustible.
El tema de los comercios cerrados (que sólo funcionan en temporada alta de verano) nos exige un mejor cálculo y provisión de víveres (sobre todo de agua potable), especialmente en viajes off road, en los cuales las altas probabilidades de nevadas o la dificultad propia de los caminos de ripio tal vez nos obliguen a quedarnos más tiempo del previsto. Muchas veces suele suceder que los vientos son algo intensos y por seguridad requieren que nos quedemos un tiempo más en el lugar. Todo lo explicado hasta acá es en un 90 % previsible.
Sin duda, viajar con vehículos recreativos tiene la libertad de elegir el camino y el tiempo a gusto, pero en esta época siempre es bueno:
- Trazar un itinerario antes de comenzar el viaje para prever posibles zonas de nieve, caminos cerrados o falta de comercios de aprovisionamiento.
- Determinar las estaciones de servicio por las que vamos a pasar y evitar consumir más del 60 % del tanque de combustible antes de llegar al próximo puesto de carga. En su defecto, llevar un bidón o tanque extra que nos permita regresar al puesto anterior, sobre todo en montaña. Recordemos que hay vehículos que utilizan el gasoil del tanque de la propia unidad para la calefacción y eso hace que se consuman algunos litros extra para mantenernos calefaccionados.
- Siempre llevar descargado en el celular el mapa de la zona a recorrer, lo que debemos hacer antes de seguir avanzando. En muchos casos la señal es muy mala o nula, y eso podría dejarnos a la deriva, sin conocer el tipo de camino y, lo más importante, si se encuentra abierto o transitable.
- En cada parada de reposición de combustible o comestibles, incluso de agua para el termo del mate, siempre es necesario consultar con la persona del lugar acerca de cómo estuvo y qué anticipa el clima. Los lugareños conocen muy bien su localidad y son buenos guías a la hora de tener referencias de cómo seguir avanzando por nuestro camino.
- Llevar raciones de comestible extra y –sobre todo– de agua potable dentro de la cabina del vehículo para evitar su congelamiento. Recordar que en sierras y montañas el clima es bastante más seco y requiere de una buena hidratación permanente.
Quienes utilizan energía solar deben tener en cuenta que el tiempo de exposición del sol de forma óptima es mucho menor que en otras temporadas, por lo que sería bueno ampliar el banco de baterías o –incluso– prever un generador portátil que pueda darnos un plus de energía si tenemos que quedarnos un tiempo más en el lugar.
Nunca subestimar los caminos de tierra o ripio, menos en invierno, ya que suelen tener mayor humedad que la de costumbre y pueden esconder una insignificante capa de hielo o un barrial muy difícil de superar. Lo mismo ocurre con rutas pavimentadas, en las cuales esta capa de hielo puede ser poco visible y más gruesa de lo esperado, tornando el piso muy resbaladizo. De ahí que en montaña y en algunos casos de sierras altas convenga calzar cadenas para evitar el patinamiento de los neumáticos. Y en este punto la pregunta recurrente es si a las casas rodantes de arrastre se les debe colocar cadenas. La respuesta es sí, a las casas rodantes se les deben colocar para evitar el deslizamiento lateral que terminará desviando la trayectoria del vehículo tractor. Más aún si las casas tienen frenos, porque las cadenas lograrán la rotura del hielo y cumplirán la función de pala, lo que evitará que la cubierta acumule nieve o barro, distribuirá el peso y mejorará la adherencia.
Herramientas fundamentales
Para un viaje a zonas de montaña o a la costa no deben faltar a bordo: cuerdas o eslingas de arrastre, pala, algunas maderas planas para colocar en el piso debajo del criquet en caso de necesitar elevar la unidad y linterna recargable (muy útil para reconocer el lugar en el que vamos a detener el vehículo, porque en invierno la luz del día se pierde más rápidamente que en el verano).
Otro detalle que debemos considerar en travesías invernales es colocar protectores tanto en los bajos de los tanques como en las garrafas que van a la intemperie: no sólo por cuestión del frío, sino por el viento, que también enfría. Un tema que pocas veces se comenta es que todos los materiales a bajas temperaturas son más propensos a quebraduras, sobre todo los plásticos que se utilizan para claraboyas e, incluso, gomas o burletes si ya tienen cierta edad. Y, peor aún, si no están bien colocados o sujetos, porque pueden llegar a romperse con mayor facilidad y permitir el ingreso de viento frío a la unidad, lo que conlleva a utilizar mayor cantidad de combustible para mantener caliente el lugar.
En el mismo sentido, otra de las cosas que puede afectar el rendimiento de los calefactores es la aislación del piso, que muchas veces no es suficiente para mantener el frío fuera de la cabina (incluso en los motorhome pequeños donde se mantiene la aislación original y sólo se le coloca un piso de madera para mejor terminación). La transferencia de temperatura exterior es muy importante, y ese frío muchas veces no se puede combatir con los calefactores debido a que el calor sube y no calienta el piso. Si elevamos mucho la temperatura ambiente termina haciendo demasiado calor en la parte superior, el piso sigue frío y la habitabilidad dentro de la unidad se vuelve muy incómoda.
Conducción y conversación
Una consideración de manejo importante es que siempre se debe dejar un espacio prudencial con el vehículo antecesor ya que la adherencia de los neumáticos con el clima frío es menor y el peso que estamos llevando al estar cargados con algunas cosas extra es mayor. Si nos aventuramos por algún camino no asfaltado, recordar que este puede estar menos transitado de lo habitual, si hay alguna estación de servicio cerca comentar nuestros planes para que nos indiquen cómo está el camino y que sepan que alguien ingresó por allí. En alta montaña avisar sí o sí a los guardaparques para que tengamos alguien que pueda informarnos en caso de que pueda avecinarse alguna tormenta fuerte u otro inconveniente que necesite que nos retiremos del lugar.
Importantísimo: no alterar el lugar donde estamos, es decir, evitar usar árboles para leña o incluso hacer fuego en cualquier sitio, nosotros llevamos cocinas, hornos y hasta calefactores para calentarnos. Respetemos la naturaleza y volvamos con nuestros residuos que podamos desechar en forma segura, sin contaminar el lugar. Eso es respeto al medio ambiente, a nosotros y al futuro viajero que se detenga en el mismo espacio.
Es claro que un viaje en motorhome o casa rodante de arrastre requiere de ciertos cuidados y consideraciones que son importanteS antes de comenzar la aventura, y que en muchos casos serán los mismos que se requieren al viajar de forma particular hasta algún hotel o cabaña ubicado en este tipo de zonas. La diferencia es la vivienda donde viviremos todas esas aventuras e historias que harán del viaje una experiencia única.
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