El 5 de mayo de 1999, la escaladora mexicana Elsa Ávila alcanzó la cumbre del Everest, la montaña más alta del mundo con 8,848 metros, convirtiéndose de esa manera en la primera mujer latinoamericana, y la tercera del continente, en lograr semejante hazaña.
Además, también cuenta con el orgullo de ser la primera mujer del mundo en ascender a la Aguja Poincenot, en la Patagonia, y al Svanvhit, ubicado en la Isla de Baffin –la más grande de Canadá y la segunda del continente americano-, cuyas enormes dificultades técnicas y condiciones climáticas adversas se rindieron ante su increíble valentía y destreza..
Fue el segundo intento de Avila por lograr su sueño de escalar el Everest ya que en el primero, que tuvo lugar en 1989, había quedado a tan solo 98 metros de la cumbre principal de la imponente montaña ubicada en el continente asiático, más específicamente en la subcordillera de Mahalangur-Himalaya que marca la frontera entre China y Nepal.
“En el primer intento al Everest me sentí frustrada de quedarme a 98 metros de la cima por un cuadro de hipoxia que me obligó a suspender el ascenso. Pero, lejos de rendirme, 10 años después regresé y lo logré. Ahora me doy cuenta que hay que soñar las cosas, pero también que hay que prepararse muy bien por lograrlo”, comentaba, por entonces Avila, tras la hazaña que hasta el momento ninguna otra mujer latinoamericana pudo igualar.
En los tres años posteriores ganó varias competencias por equipo de deportes extremos en las que participó: bicicleta de montaña, escalada, carrera, natación orientación y rafting, entre otros.
Si bien a comienzos del año 2002, sus sueños de seguir cosechando victorias y hazañas parecieron desvanecerse debido a que los médicos le detectaron una insuficiencia en el funcionamiento del corazón, por lo que le implantaron un marcapasos, Avila no bajó los brazos y, tras varias operaciones y superar severos eventos vasculares cerebrales –entre ellos arritmia, una embolia transitoria y cuatro infartos cerebrales-, finalmente, en 2005 decidió retomar la actividad deportiva.
Así, después de 13 años de su última visita a las altas montañas, en 2012 le puso un dignísimo broche de oro a su carrera como escaladora tras ascender al Pico de Orizaba, la montaña más alta de México con 5.700 metros.
Madre de 2 hijos, graduada en Ingeniería Civil en la Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México, con reconocimiento en estudios petrográficos de las montañas del Himalaya y actualmente empresaria y conferencista, gracias a su brillante carrera deportiva, Avila recibió numerosos premios y reconocimientos, entre ellos el “El Premio Nacional de la Juventud” y el de “Deportista del siglo XX” en alpinismo.
Además, tiene un lugar en el Salón de la Fama de la Confederación Deportiva Mexicana, en tanto que su libro “Encuentro con el Himalaya, la aventura de la esperanza”, donde resume toda su vida y carrera profesional, le valió obtener el “El Premio al Mérito Editorial”.
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