Un día, el jefe de Khim Lal Gautam en la oficina nacional de topografía le pidió que asumiera una tarea peligrosa aunque gloriosa: con su equipo debía subir hasta el punto más alto del Monte Everest y medir su altura. Su mujer embarazada lo quiso convencer de que no lo hiciera, porque una y otra vez hay muertos en la montaña. En entrevista con dpa, Gautam asegura que retrospectivamente rechazaría el encargo. De todas maneras, está orgulloso y se alegra de que pronto se vaya a anunciar la nueva altura. Este hombre de ahora 36 años asegura que antes de la medición en la primavera de 2019 se decía que él era la persona ideal para realizar este trabajo. Porque era el único empleado de alto rango de su oficina que alguna vez había estado en el Everest. Así lo confirma el Ministerio de Turismo de Nepal, que documenta cada ascenso. Hay una altura aceptada ampliamente para la montaña más alta del mundo, 8.848 metros, que data de investigadores indios de los años '50, según señala la oficina de Gautam. Pero desde entonces diferentes equipos hicieron mediciones y llegaron a resultados distintos. Ahora Nepal, que según Naciones Unidas es uno de los países menos desarrollados del mundo, quiso realizar la medición por sí mismo.
El alemán Christian Gerlach, de la Academia de Ciencias Bávara, que investiga geodesia y glaciología, sostiene que la altura pudo haberse modificado de hecho, por ejemplo, por el desplazamiento de las placas tectónicas, el fuerte terremoto del 2015 que en el Himalaya en general llevó a modificaciones en las alturas de las montañas, así como al derretimiento de la capa de nieve en la cumbre a causa del cambio climático. Además, tiene su papel la política. En un principio, Nepal quería medir solo. Pero tras una visita del jefe de Estado y de Partido chino, Xi Jinping, en 2019, la iniciativa se convirtió en un proyecto conjunto bajo el signo de la “eterna amistad”, según una declaración conjunta emitida entonces.
China subrayó en ella también que prestará ayuda al pobre Nepal en cuestiones de infraestructura y ese país, a su vez, manifestó su reconocimiento de Taiwán y Tíbet como parte de China. Un equipo de medición chino escaló el Everest en 2020. Según los medios, fue el único equipo que lo hizo este año. Khim Lal Gautam estuvo con su equipo arriba ya en 2019. En aquel entonces, antes de la pandemia de coronavirus, en la llamada “zona de la muerte”, a partir de la cual el cuerpo humano no puede recuperarse, hubo un atasco de aventureros.
Gautam y su equipo se levantaron a las tres de la mañana para hacer su trabajo, en lo posible, sin molestias. Estaba oscuro. Su aparato de medición de la temperatura registraba 43 grados bajo cero y el aire era muy fino. “Tras el ascenso, estaba totalmente agotado -dijo- Estaba sobrepasado por la responsabilidad”. Pero como topógrafo experimentado pudo concentrarse. Otros montañistas llegaron y se fueron, se sacaron selfies y colocaron banderas de sus países. Gautam y sus colegas midieron con un método clásico, a través del cual calculan con su dispositivo la altura en base a puntos ya conocidos del valle, y con un proceso más moderno, en el cual reciben señales de GPS, para así medir la distancia de la cima a los satélites. Con un radar, midieron además el grosor del hielo y la nieve.
Unas dos horas después, cuando salió el sol, bajaron. Él se desmayó, dice Gautam. Cuando despertó, estaba solo y su pie izquierdo le dolía tanto que no podía caminar. En el Monte Everest, se ven muchos cadáveres de aventureros que no lo lograron. La mayoría de estos cuerpos permanecen allí porque rescatarlos es muy caro. Pero Gautam quería vivir. Llamó a su equipo, que le envió un helicóptero que lo bajó. Antes del verdadero ascenso, tuvo que subir y bajar varias veces de diferentes alturas para acostumbrarse a la altura extrema. El dedo gordo del pie izquierdo le tuvo que ser amputado. Pero su trabajo siguió. La medición satelital no abarca directamente la altura por encima del nivel del mar. Esa la deben calcular Gautam y su equipo con ayuda de otras mediciones de la gravedad en los alrededores del Everest y un modelo en la computadora. Tras una comparación de los datos con los chinos, se publicará la medición. Es difícil determinar la altura exacta del punto más alto de la Tierra. Pero con una combinación de los diferentes métodos de medición al menos se llegará seguramente algo más cerca de la realidad.
dpa
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