Apenas comenzado el año, los amantes de la astronomía ya tienen la posibilidad de disfrutar de uno de los fenómenos astrales más espectaculares y coloridos que ofrecerá 2023.
Se trata de las Cuadrántidas, una lluvia de estrellas que se produce, cada mes de enero, cuando la Tierra atraviesa una región de su órbita en la que se encuentra una densa nube de polvo formada por los restos del Asteroide 2003 EH.
En tanto que, el paso de nuestro planeta a través de ella provoca que las partículas de hielo, polvo y rocas entren en contacto con la atmósfera terrestre a unos 41 kilómetros por segundo, provocando destellos que atraviesan el cielo nocturno fugazmente conocidos, precisamente, como Cuadrántidas, que tiene su origen en la Quadrans Muralis, una constelación descubierta en 1795 por el astrónomo Joseph Lalande que ya no es reconocida por la comunidad científica mundial.
Según explicó la NASA, en el caso puntual de la Argentina, el momento de mayor actividad tendrá lugar entre la noche de hoy, martes 3 de enero, y las primeras horas de mañana, miércoles 4 cuando se podrán observar entre 40 a 60 meteoros por hora.
Si a esto le sumamos que la Luna nueva que está acompañando las primeras noches del año, todo indica que será una de las lluvias de estrellas más espectaculares del año.
“Si bien el radiante de las Cuadrántidas -la región del cielo nocturno donde parecen originarse la mayoría de los meteoros-, se encuentra en la constelación de Boyero, en dirección al norte, para disfrutar de este maravilloso show de estrellas no hace falta centrar la vista en ni en esa constelación ni en sus alrededores”, explicaron desde la NASA.
“Los meteoros pueden aparecer desde cualquier parte del cielo nocturno y más vale tener un campo de visión amplio de la bóveda celeste para poder ver cuantas más sea posible”, agrega el comunicado.
Por su parte, según explican los especialistas, la mejor y más segura manera para disfrutar de las Cuadrántidas, como de cualquier otra lluvia de meteoros, es hacerlo desde un lugar lo más alejado posible de las luces de los centros urbanos, que permita mirar bocarriba sin forzar el cuello.
Una vez que los ojos se acostumbren a la oscuridad, los amantes de esta clase de fenómenos astrales podrán comenzar a observar, sin necesidad de ningún telescopio ni de anteojos especiales, más estrellas en el cielo nocturno y disfrutar a pleno del fugaz paso por el cielo de alguna Cuadrántida.
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