Mientras disfrutaba de una caminata grupal guiada entre las montañas salteñas el fotógrafo cordobés, Hernán Rojo, se topó con la presencia inesperada de un gato andino que caminaba por entre las rocas como pancho por su casa, a plena luz del día.
Cabe resaltar que el gato andino, más popularmente conocido como “Fantasma de los Andes”, es un animal que se encuentra en peligro de extinción, y que, a excepción de las cámaras trampas, es muy difícil poder avistarlo a simple vista y fotografiarlo en absoluta libertad, ya que su hábitat natural se encuentra a 5.000 metros de altura sobre el nivel del mar, en la zona de la Cordillera de los Andes, tanto de la Argentina, como de Bolivia Chile y de Perú.
“El 25 de diciembre me encontraba en Salta, buscando aves de la Puna, en la zona del Abra de Lizoite, era un recorrido de muchos kilómetros en el que parábamos cada tanto a ver y a fotografiar aves”, comentó Hernán Rojo al diario La Voz de Córdoba.
“El clima era muy cambiante, de repente sol, luego nublado, soplaba viento como el de Patagonia, paraba, bajaba una neblina que era una muralla y, luego, se iba. A las 18, cuando ya estábamos por bajar de la montaña y dar por concluido el paseo, el guía de observación de aves de Beagle International, Martín Toledo, divisó tres animales corriendo. En primer lugar, vio a dos chinchillas y, unos metros más atrás, a un tercer animal que, al acercarnos un poco, nos dimos cuenta de que era un hermoso gato andino que estaba persiguiendo a las chinchillas para cazarlas y comérselas”, agregó el fotógrafo.
Rápido de reflejos, Rojo prendió su cámara de fotos profesional y comenzó a registrar esa inesperada y maravillosa escena, justo antes de que el animal terminara perdiéndose entre las montañas y la neblina que comenzaba a caer sobre esa región montañosa salteña.
“Fue un momento único. Sabíamos que lo que habíamos visto era irrepetible por la escasez de este animal y, por los pocos registros que hay en nuestro país, la mayoría de los cuales fueron obtenidos con cámaras trampa. Afortunadamente, nosotros lo pudimos observar con nuestros propios ojos, y yo lo pude fotografiar justo en el preciso momento antes de que le haga honor a su apodo de ´El Fantasma de los Andes´ para perderse por completo entre las montañas del lugar”, concluyó Rojo.
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