El 6 de septiembre de 1522, tras casi tres años de navegación en los que recorrió 14.000 leguas, la expedición comandada por el explorador español Juan Sebastián Elcano llegaba al puerto de Sanlúcar de Barrameda, en el sur de España, culminando así la mayor hazaña marítima de la historia: la primera vuelta al mundo
La expedición que estaba compuesta por cinco naves y 250 hombres, de los cuales solo regresaron 18 con vida, había partido el 20 de septiembre de 1519 desde el mencionado puerto español hacia el océano Atlántico con el capitán portugués Hernando de Magallanes a bordo de la nave insignia, la nao Trinidad, con el objetivo de cumplir con el expreso pedido del por entonces rey de España, Carlos I, de encontrar una nueva ruta hacia el oeste hasta las islas de productoras de las especias que se convirtieron en el “oro de la época” en los mercados europeos, que crecían especialmente en las islas de la Especiería, o Islas Molucas (también llamadas simplemente Maluco o Moluco), en las que se producían las muy cotizadas especias.
Para ello, y poniendo sus proas siempre a poniente tenían que hallar un paso o estrecho que uniera los dos grandes océanos del mundo, hasta entonces desconocido.
Así, a lo largo de tres años, la expedición atravesó por primera vez en la historia el océano Pacífico en toda su extensión, reconociendo sus islas y archipiélagos hasta alcanzar las islas Filipinas y las Molucas.
La vuelta al mundo en 112 noches
Durante la larga travesía, la tripulación de Victoria sufrió toda clase de inconvenientes, que llevaron a muchos a perder la vida, como el caso de Magallanes, quien no pudo ver el final de la empresa ya que murió luchando valientemente contra los isleños de la isla de Mactán, Filipinas y fue reemplazado por Elcano, capitán de la única nao superviviente, la Nao Victoria, a bordo de la cual emprendió el largo camino de regreso a España, a través del océano Indico, con una enorme cantidad de especies en su interior.
Navegó durante 86 días por la “Ruta de los Cuarenta Rugientes”, sin escalas, hasta llegar al continente africano y, una vez doblado el cabo de Buena Esperanza, puso rumbo al norte, llegando, finalmente el histórico 6 de septiembre de 1522, al puerto de Sanlúcar de Barrameda.
Si bien ya habían logrado la hazaña de dar la vuelta al mundo, orgullosos de su gesta, decidieron continuar hasta Sevilla, de donde habían salido exactamente tres años y 28s atrás. Todavía en Sanlúcar,
Orgulloso de haber logrado la hazaña de dar la primera vuelta al mundo en un navío, todavía en Sanlúcar, Elcano le escribió una carta a Carlos V en la que le describió brevemente todo lo que había pasado con la expedición y para avisarle que había tomado la decisión de continuar hasta Sevilla, de donde habían salido tres años y 26 días atrás.
Tras su gran proeza, Elcano fue recompensado por la corona española con una renta vitalicia de 500 ducados de oro anuales, y con un escudo de armas que llevaba la inscripción “Primus Circumdedisti Me” (“El primero que me circundaste”).
ElCano murió, en 1526, como consecuencia de una intoxicación provocada por la ingesta de un gran pez, posiblemente barracuda, mientras navegaba por las aguas del océano Pacífico, al mando de una nueva misión al Maluco, que fue conocida como “Expedición de Loaysa”.
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