Friday 19 de April de 2024
CAZA | 11-08-2015 17:39

Tapalqué entre buenos amigos

Última cacería de temporada en la zona de Tapalqué, a 275 km de la Capital Federal. Asado y campos bien poblados de perdices.
Ver galería de imágenes

La invitación estaba pendiente desde hacía tiempo. El año pasado el clima no nos dio

oportunidad: las intensas lluvias del invierno anegaron la mayoría de los campos. Este

año las condiciones se presentaron mucho más favorables para la caza menor. Un otoño benévolo, con temperaturas primaverales y un régimen de lluvias normal auguraba una buena temporada. Las salidas realizadas en el inicio mostraban una interesante cantidad de ejemplares y una pichonada precoz hablaba a las claras del número de posturas que habían realizado las perdices.

Unos amigos de España arribaban a nuestro país, atraídos por la inmensidad de nuestras llanuras, bien pobladas de perdices y liebres. Entonces llamé a mi primo Julio para confirmarle que llegábamos a Tapalqué. Elegí esta zona debido a que la mayoría de las explotaciones se limitan a la ganadería y, por consiguiente, abundan los cuadros con pasturas naturales, pajonales y algún rastrojo de escasas dimensiones, que dejan remanentes de semillas y aseguran abundancia de perdices en sus alrededores. Pero el hombre propone y Dios dispone. Nuestros hermanos ibéricos tuvieron un problema laboral y debieron adelantar su regreso.

Como ya tenía el viaje organizado, se me ocurrió llamar al amigo Luis Festa para volver a compartir una nueva aventura. Sabiendo lo mucho que hay que insistirle a Luis para hacer una salida de caza, comencé a preparar las cosas para el viaje e incluí una escopeta para él.

Llegamos alrededor de las 10 de la mañana a Tapalqué, y Julio, luego de cargar parrilla y algunos enseres, nos llevó a un campo muy próximo al pueblo. El día se presentaba soleado pero con un fuerte viento del sector suroeste. En esta oportunidad llevé a 4

ejemplares de mis caniles. Una pointer de 3 años, Kelly, y tres setters: Jeffe, Víctor y Wanda. De los cuatro, solo Jeffe y Kelly estaban ya adiestrados para la marca y el cobro de las perdices, mientras que Víctor y Wanda (ambos de menos de 1 año) estaban haciendo sus primeras salidas.

El campo presentaba zonas de paja brava bastante alta. Ello sumado al fuerte viento dificultaba el trabajo de los perros, variándoles la intensidad y dirección de las emanaciones. De todas formas hicieron unas cuantas muestras excelentes y pudimos

abatir los primeros ejemplares.

Después del mediodía 

Por la tarde, volvimos a cazar y a pocos metros de salir Jeffe quedó en muestra sobre una emanación y cambió totalmente su actitud, guiando con visible nerviosismo sin darme tiempo a llegar. No entendía lo que pasaba, ya que estábamos en un potrero de pasto muy ralo, y antes que lo pudiera llamar levantó una perdiz colorada que lo transformó totalmente, era como si hubiese visto a su peor enemigo. Comenzó una serie de cuarteos a gran velocidad y desoyendo mi llamado, como buscando el desquite. Tuve que traillarlo y guardarlo un rato en uno de los caniles para que se tranquilizara y cambiara de actitud.

Nota publicada en la edición 515 de Weekend, agosto de 2015. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

11 de agosto de 2015

También te puede interesar

Galería de imágenes

En esta Nota

Bárbara Roesler

Bárbara Roesler

Comentarios

También te puede interesar

Más en
Mirá todos los autores de Weekend