Al Camping Alsina se arriba tomando por Ruta Nacional 9 a unos 24 kilómetros antes de llegar a Baradero, los carteles indicadores nos señalan la salida al pueblo de Alsina. La última vez que habíamos estado por aquí fue hace, por lo menos, unos 12 años. Grandes cambios nos aguardaban.
Casa rodante o motorhome: cuál elegir
El camino de acceso a Alsina está recientemente reasfaltado y por lo tanto en perfectas condiciones, al igual que sus banquinas. Después de unos kilómetros nos encontraremos con una curva y contra curva, cruzamos las vías del ferrocarril Mitre y seguidamente tomamos por la mano izquierda donde encararemos un derrotero adornado con canteros en el centro a modo de avenida.
50 años contando los secretos del camping
Después de transitar tres cuadras tomamos la calle que sale a mano derecha y, que nos lleva a una ruta o camino interno con la vecina localidad de Baradero, que en nuestra última visita era totalmente de tierra y hoy está excelentemente asfaltado. Por ahí andamos hasta toparnos con el cruce de la ruta que nos lleva a Baradero, doblamos a mano derecha por un camino que continúa siendo de tierra pero muy bien mantenido y abovedado. Después de un par de kilómetros veremos a mano izquierda que sale otro trayecto, ancho, donde se encuentra un pequeño cartel que dice Camping, al final del mismo terminamos en la entrada al predio.
Yurtas: las carpas mongolas llegaron al glamping
Carpas de techo: campamento sobre ruedas
Camping Alsina está ubicado sobre el riacho Baradero y a mano derecha aguas abajo, a unos diez kilómetros, se encuentra la boca del Paraná de las Palmas. El lugar cuenta con los siguientes servicios: luz eléctrica, sanitarios, duchas, mesas, bancos y parrillas, sector para acampar, una placita con juegos para los más chicos, una muy completa proveeduría con precios accesibles y bajada de lanchas manual. También, para los que buscan lo agreste y solitario, hay en el ingreso una casa donde se pueden contratar a un lanchero que lleva a pescar a la costa de enfrente y otros puntos más rio abajo, pero atención que en esos lugares no existen servicios de ningún tipo.
Espacio verde familiar y bien organizado a la vera del Riacho Baradero, donde pudimos observar a muchos pescadores disfrutando y enseñando a hijos y nietos las virtudes de la naturaleza y las primeras lecciones del deporte de la caña.
Hasta que los fogones encendidos y el aroma a carne asada nos indicaron el horario del almuerzo. Evitamos la tentación y seguimos con nuestro trabajo recorriendo el parque que permite instalar carpas, estacionar trailers, casas rodantes o motorhomes.
En cuanto a la pesca en la zona las especies que más abundan y se dan, según la época, son: porteñitos, bagres amarillos, blancos y sapo, patí, carpas, bogas, doradillos, tarariras y en ocasiones, por la noche, algunos cachorros de surubí.
Charlando con un pescador llamado Ricardo, de la localidad bonaerense de Gran Bourg, que se encontraba con un par de amigos justo en la oportunidad de nuestra visita al camping, nos mencionó que desde los 19 años asistía el lugar y nunca dejó de hacerlo. Ahora, con 64 años, nos informó que en el arroyito que existe al fondo del predio, en realidad una suerte de zanja grande, en verano y más que nada por la noche se suelen sacar tarariras de portes interesantes y que en otro tiempo también se daban grandes anguilas.
El sol caía en el horizonte y mientras los visitantes se retiraban muy lentamente, nosotros seguíamos disfrutando de unos riquísimos mates a la orilla del riacho Baradero. Una postal realmente preciosa la de la caída del sol en este lugar, el cuál vale mucho la pena visitar con amigos o en familia para pasar el día: acampar, pescar o simplemente pasar la tarde observando el precioso paisaje.
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