Recientemente, las llamadas pistolas TASER han sido autorizadas por la Administración Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) para su salida de Aduana. Su provisión estuvo trabada por la decisión de la directora de este organismo que depende del Ministerio de Justicia, quién no definía la autorización de ingreso de este tipo de armas “menos letales” (o no letales para algunos). El gobierno anterior había realizado su adquisición, pero con el recambio no se terminaba de concretar su liberación. La gestión previa de ANMaC las había autorizado, algo que generó una andanada de reclamos de las organizaciones de derechos humanos, quienes esgrimieron los fantasmas de los años de la guerra antisubversiva de los ´70 como argumento para rechazar estos dispositivos.
¿Qué es una Taser?
Es un dispositivo electrónico de amplificación de tensión (voltaje), compuesto por una carcasa plástica, generalmente con forma de pistola, que incorpora una plaqueta de circuito electrónico amplificador y generador de pulsos. Además, cuenta con una batería que puede o no ser recargable, un gatillo de doble uso (disparo y emisión de corriente) y uno o más cartuchos conteniendo uno o más pares de dardos con rebaba. Los dardos son impulsados mediante distintos propelentes, generalmente aire comprimido, nitrógeno presurizado u otros mecanismos (originalmente se impulsaban con una carga ligera de pólvora, pero entonces fueron considerados armas de fuego en los EE.UU.). Estos son los que impactan contra el individuo a quien se quiere controlar. Los dardos están unidos al dispositivo mediante un par de cables resistentes de cobre. En su extremo anterior se encuentra la aguja con cierta rebaba, la que es necesaria para que los dardos queden prendidos en el individuo, luego de atravesar sus prendas. El usuario puede entonces accionar el gatillo para enviar una descarga eléctrica que desconectará momentáneamente el sistema nervioso neuromotor del individuo impactado, logrando que cese cualquier agresión a terceros o asimismo.
Riesgos
Existen posibles riesgos mortales cuando estos dispositivos son empleados en personas con marcapasos, o en individuos sumamente delgados. Lo mismo cuando se utilizan contra conductores de motos, autos u otros vehículos, si es que los mismos están en movimiento. Así también en personas con graves alteraciones psicosomáticas que puedan derivar en asfixias y otras complicaciones. Dicho esto, es justo señalar que estos casos son en general atípicos o prácticamente inexistentes.
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Historia y otras características
La primera patente de estas armas data de 1966, en lo EE.UU. Su creador fue Kunio Shimuzi, quién la registró como “dispositivo para arresto”. Luego un integrante de la NASA, Jack Cover, desarrolló lo que fue la primera pistola Taser conocida, con propulsión a pólvora. Esto condujo al ente regulador de aquel país a considerarla arma de fuego. Posteriormente, en 1993 los hermanos Smith fundaron Taser International, la compañía que las produce. Los cartuchos de esta empresa estaban cargados con aire comprimido y luego nitrógeno, sin pólvoras. El nombre de la empresa fue cambiado a Axon en 2017, dado que su línea de productos se expandió también con la producción de “BodyCams” (las cámaras online que llevan adosadas al uniforme los policías de los EE.UU). Los modelos para civiles que se comercializan en el país de origen tienen un alcance aproximado de 4,5 m, mientras que los modelos policiales llegan entre los 11 y 13,5 m. Hace unos años, los cartuchos de Taser liberaban una suerte de etiquetas o fichas en las que se inscribía el número de serie del Taser disparado, a fin de que se pudiera identificar desde qué arma se disparó.
El último modelo, denominado Taser 10, dispara 5 pares de dardos que pueden energizarse simultáneamente para controlar otros tantos individuos. La propulsión de esos dardos y sus prestaciones fueron muy mejoradas en este modelo que está siendo lanzado al mercado norteamericano en estos momentos. La ventaja es que el policía puede disparar los dardos de a uno para poder eligir los puntos de impacto de cada uno y producir un mejor efecto. Las 60 Taser de uso policial que estaban retenidas en la Aduana por la renuencia de la ANMaC a liberarlos son del Modelo Taser X26P. Tienen la posibilidad de realizar un solo disparo, o sea que su cartucho es simple. El mismo es un modelo mejorado respecto de las ofertas anteriores de la firma Axon. Algunas de estas pistolas permiten ser utilizadas como arma de descarga de contacto contra el agresor, sin necesidad de disparar los dardos o cuando estos ya fueron disparados. Las descargas de aproximadamente 50.000 volts de tensión entre sus dardos (la energía cae unos 1200 v al contactar un cuerpo), pero la circulación de corriente es del orden de los 2.1 miliamperes. Los efectos mortales de la corriente eléctrica requieren 35 m, como mínimo para producir la muerte), por lo que la corriente suministrada está muy lejos de ser mortal en la casi totalidad de los casos.
Opinión personal
Otras armas menos letales con que se provee a las fuerzas de seguridad son:
- El tonfa, bastón o garrote con manivela lateral. Esta arma puede llegar a producir la muerte por la contundencia del impacto contra el cuerpo del individuo a reducir. En el mismo sentido pueden producirse fracturas únicas o múltiples.
- Los gases de pimienta de cayena, menos letales y de uso habitual. Estos aerosoles suelen producir efectos irritantes durante varios minutos u horas. Además, pueden producir la muerte por asfixia en individuos con asma o con patologías de alergias severas.
- -El uso de la fuerza física por parte de los policías intervinientes puede también producir la muerte, como está comprobado.
La utilización de las Taser para reducir individuos es, en el balance beneficios-perjuicios, muy favorable en lo que a recomendar su uso se refiere. Pueden evitar muchas muertes y, en mi opinión, todos los integrantes del servicio de calle de las distintas policías del país deberían, con el entrenamiento adecuado, tenerlas provistas. No comprendo realmente por qué solo se las pretende destinar a las fuerzas especiales como el GEOF. Por lo general, estos grupos son convocados en casos donde la fuerza “menos letal” ya no puede ser empleada contra delincuentes fuertemente armados, con o sin rehenes y decididos a no entregarse. Ojalá la sociedad comprenda que las Taser no son elementos de tortura, sino que constituyen un medio para evitar la pérdida de vidas. La firma Axon sostiene que la no letalidad de las pistolas de este tipo se comprueba en aproximadamente el 99,7 % de los casos, lo que rebate cualquier argumento de quienes pretenden que no se las utilice. Sin duda, deben ser provistas y debieron estar en el equipamiento de las fuerzas de seguridad desde hace ya décadas.
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