La rueda gira al borde de un precipicio donde no pasan dos vehículos simultáneamente. Si uno viene de frente deberá esperar, o nosotros retroceder con mucho cuidado. Estamos a 4.895 msnm, en el Km 4.601, el punto más alto de la mítica RN 40: el Abra del Acay (o “nido del viento blanco” como también se lo conoce) es el paso carretero más alto del mundo en una ruta nacional y el de mayor altura fuera de los Himalayas. Un hito que se inauguró en 1960, luego de tres años de construcción siguiendo el trazado de un antiguo camino inca, el mismo que recorrieron las expediciones de los conquistadores Diego de Almagro y Juan de Matienzo.
Apenas 46 km atrás veníamos de estar en La Poma, Salta, a 3.006 msnm: 41 m de ascenso por kilómetro es mucho, pero gracias a las precauciones de la organización –dieta liviana reducida en grasas y rica en ingesta de agua–, el mal de la altura no nos afectó. Tras disfrutar del mirador durante algunos minutos, continuamos hacia el Viaducto de la Polvorilla, camino a Susques por la Ruta Nacional 40.
El programa de la Expedición a la Tierra sin Sombra publicado en la web mainumby4x4.com resultaba tentador para el aventurero off road: 2.000 km de recorrido en 9 días de travesía, partiendo desde Salta, para llegar a San Pedro de Atacama, en Chile, y finalizar en Belén, Catamarca, con todo incluido: 8 hoteles diferentes, 4 comidas diarias (entre ellas, asado de llama, salmón grillado y cazuela de cordero), circuito guiado, entradas a los parques chilenos y una exquisita selección de atractivos turísticos, como la Quebrada de las Conchas, la Cuesta del Obispo, La Poma Vieja, el Valle de la Luna chileno, los Géiseres del Tatio, el Desierto del Diablo, los salares de Arizaro y Antofalla, el Cono de Arita, y el Campo de Lava y de Piedra Pómez, entre otros. Todo resuelto.
Sólo era cuestión de recargar diésel y avanzar, aunque con una solicitud previa muy importante: cada camioneta debía llevar al menos dos bidones de 20 litros con combustible extra, porque desde el Paso de Jama hasta Belén hay unos 800 km sin estaciones de servicio (en Antofagasta de la Sierra hay dos, pero no siempre expenden).
Comienzo de la travesía off road
La cena de bienvenida fue un jueves, en una región muy cercana a lo que hace 15 millones de años resultó fondo de mar, pero que hoy cuenta con hoteles de categoría y gastronomía de primera: Cafayate. Día 1: Km 0. A partir de allí, recorrimos El Anfiteatro, un cañón semicircular de unos 70 m de profundidad que, al igual que la Garganta del Diablo (también fuimos), se formó por enormes cascadas que cayeron sobre las capas sedimentarias después de una edad de hielo y que erosionaron la roca.
Continuamos por el puente Morales (el de la película Relatos Salvajes), la estación de tren Alemanía (sí, con acento), abandonada, pero reciclada a nuevo como parador turístico, hasta que el atardecer nos sorprendió en medio de cardones transitando por la Cuesta del Obispo y la Recta del Tin Tin, unos kilómetros antes de pasar por Cachi y llegar a La Poma, donde descansamos en una de las únicas dos hosterías del pueblo.
El viernes fue un día de esos que no se olvidan, de los que se relatan primero en el prontuario de anécdotas, porque en general no se llevan a cabo más de una o dos veces en la vida, como transitar el Abra del Acay con la adrenalina del primer párrafo de esta nota, seguido de un almuerzo debajo del viaducto por el que corre el Tren a las Nubes, y que justo vimos partir de la estación mientras acortábamos distancia sobre la RN 40 para terminar la jornada en el mejor hotel de Susques, que nos recibió con lomo al champignon y nos despidió con una manada de llamas en la puerta: típica postal del norte jujeño.
Paso de Jama
Desde Susques al Paso Internacional de Jama hay 118 km. Y desde allí otros 160 km hasta San Pedro de Atacama. Antes de hacer migraciones conviene repostar en la última estación que existe: una YPF del Automóvil Club Argentino en la que se forman largas filas, porque los tiempos del interior son más laxos, porque a veces hay que esperar a que llegue el camión cisterna a reabastecer (plan B: cargar en el surtidor de Susques), y también porque en general hay demasiados vehículos: el combustible en Chile es más caro (unos 1.200 pesos argentinos el litro; aduana no permite cruzar con bidones llenos).
La primera parada en territorio chileno fue en la laguna Tara, un sitio emblemático y muy tranquilo que pertenece a la Reserva Nacional de Flamencos. Aunque lo divertido para la conducción vino a partir de que tocamos el punto más alto de la Ruta 27: 4.750 msnm. Desde allí la cinta asfáltica desciende como un tobogán hasta los 2.450 msnm de San Pedro de Atacama y la velocidad que puede adquirir el vehículo es de tal magnitud que a la derecha hay múltiples vías de escape para el caso de quedarse sin frenos. Si hay tres atractivos imperdibles en esta zona de Atacama, ellos son: los flamencos (que vimos en cantidad), el Valle de la Luna y los géiseres del Tatio.
El programa incluyó todo (excepto combustible) desde la cena de bienvenida y hasta el desayuno de despedida: 8 noches de alojamiento, 4 comidas diarias (almuerzo y cena de tres pasos, además de desayuno y merienda), y adquisición de entradas al Valle de la Luna y los Géiseres del Tatio (ambos en Chile). La próxima travesía de Mainumby4x4 a esta región será del 16 al 24 de noviembre de 2024. El calendario completo puede verse en este link. O consultar por otras travesías por WhatsApp al 11 6036 1111.
La segunda parte de la nota podés leerla acá.
Comentarios