Friday 19 de April de 2024
4X4 | 19-09-2017 09:08

4x4: técnica para enfrentar a las piedras

Cuáles son las mejores técnicas para transitar con 4x4 sobre una superficie dominada por las rocas. La fundamental importancia del torque.
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Cuando decidimos circular sobre una superficie pedregosa o con piedras grandes, lo primero que debemos considerar son las prestaciones de nuestra 4x4. Es necesario conocer bien los ángulos de ataque, salida o ventral, qué tipo de defensas tenemos. Si son plásticas debemos extremar la precaución, porque al menor contacto con una piedra las estaríamos dañando. También saber con qué tipo de diferenciales contamos y dónde están sus bochas: en muchos casos no se encuentran en el medio, y si vamos a dejar una piedra por debajo hay que decidir de qué lado es más conveniente. En definitiva, resulta imprescindible conocer a fondo nuestra 4x4.

El torque. Partimos de la base que para circular en piedras grandes, sí o sí debemos tener caja de transferencia o reductora y contar con alta y baja, porque a diferencia de la arena, donde la inercia es el factor principal para superar el obstáculo, en la piedra ese factor decisivo es el torque del vehículo y la velocidad con la que pasaremos cada piedra es realmente mínima. Si no disponemos de caja reductora, prácticamente será imposible superar una piedra grande sin romper partes del vehículo o quemar el embrague. Todos los rodados, sin importar la potencia que tengan, poseen un torque específico que se maximiza en un determinado régimen de revoluciones. Por tal motivo es muy importante, antes de encarar una travesía de rockcrowling o en piedra, conocer bien qué tipo de vehículo se va a utilizar.

La fuerza. Si nos referimos a torque, a grosso modo podemos decir que se mide en newton/metro (Nm) y que “es la fuerza que hace que algo gire”. Podemos visualizar bien el torque en el pedal de una bicicleta: la persona que pedalea ejerce el torque sobre el eje del pedal. Esa es la fuerza con la que vamos a contar. Y también podemos decir que los únicos motores que tienen un torque constante son los eléctricos, mientras que los motores a explosión cuentan con uno variable. Imagínense querer subir la rampa de nuestras cocheras en quinta marcha: sería imposible, porque a esas revoluciones el motor no estaría ejerciendo ningún torque. Esa sensación sería la falta total de torque en el vehículo.

Las revoluciones. El torque en un motor está en un determinado régimen de revoluciones. Si hablamos de un buen 4x4, este torque se erogaría a bajas revoluciones y se mantendría bastante a medida si aumentamos esas revoluciones. Un burdo ejemplo sería decir que el torque de mi 4x4 se eroga desde las 1.500 vueltas hasta las 4.000, que resultaría lo mismo que afirmar que eroga el torque a bajas revoluciones y se mantiene bastante, sin importar qué marcha estemos utilizando. El torque es independiente de los cambios, está sólo relacionado con las revoluciones del motor. Si nuestra 4x4 cuenta con caja reductora de alta y baja, estaríamos multiplicando las revoluciones del motor a baja velocidad, lo que nos daría un excelente torque para circular en este tipo de superficies. Si estamos hablando de un buen circuito de piedras, seguramente utilizaremos primera marcha en baja o low todo el tiempo, prácticamente no pondríamos segunda. La presión de los neumáticos adecuada es lo más baja posible, pero corremos el riesgo de destalonar o, peor aún, hacerle un tajo al lomo con una piedra filosa. Aunque teniendo en cuenta este dato, podemos decir que cuanto más baja esté la presión del neumático, mejor treparíamos cada piedra.

Pasarse de rosca. Es recomendable que haya alguien por afuera del vehículo indicando el paso. Y es muy común sentir fuertes desgarros de rocas raspando contra los bajos de la camioneta. Siempre la velocidad será la mínima posible. Y resulta ideal no estar acelerando y desacelerando todo el tiempo: hamaca a nuestra 4x4 y produce golpes bajos. Lo indicado es poner primera de baja y llevar el vehículo en su torque óptimo, sin pasarnos de rosca y haciendo caso a los que nos indican el camino. Siempre intentar las trepadas perpendiculares a la pendiente y nunca de costado. Siempre nos vamos a presentar frente al obstáculo y muy despacio vamos a iniciar el proceso para superarlo. Nunca vamos a tomar distancia e inercia para encarar una piedra.

Nota completa publicada en revista Weekend 540, septiembre 2017.

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Marcelo Ferro

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