Friday 26 de April de 2024
SITIOS EXTERNOS | 03-03-2016 16:46

El Hinojal: anticipo de temporada

La laguna bonaerense se perfila como una excelente alternativa para lo que será la temporada de pejerreyes. Además, siguen picando tarariras de buen tamaño. Nota con video.
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Más allá de los avatares climáticos que van corriendo las estaciones, marzo es el mes en el que en la cabeza del pescador deportivo empieza a resonar una especie emblemática: el pejerrey. Por eso quisimos dar con una laguna que sirviera como anticipo de temporada y que pese a los calores extremos aún presentes, estuviese entregando flechas de plata como para hacer una digna cosecha. Y esa opción es El Hinojal, una hermosa laguna del corredor de autovía 2, a escasos 154 km de Ciudad de Buenos Aires, donde en marzo podremos combinar perfectamente una mañana a puro pique de pejerrey aprovechando las temperaturas más frescas de las primeras horas del día, con una tarde a pura acción con las tarariras, que en este ámbito son de excelente tamaño.

Ubicado en campos privados, a este espejo se accede desde el Km 129 de la autovía 2, transitando 24 km por camino de tierra de la mano de los concesionarios que solo realizan salidas guiadas. Es decir, no se puede ir por cuenta propia. Esto garantiza al visitante pescar prácticamente con la laguna para él solo. Esa falta de presión de pesca es lo que marca la diferencia con otros ámbitos más castigados. Y la escasa presencia humana contribuye a resaltar no solo las bondades piscatorias, sino que todo el entorno palustre es un verdadero regalo a los ojos, con nutrias, cisnes de cuello negro, frondosa arboleda llena de aves y laberintos de juncos enmarcando el perímetro.

https://www.youtube.com/watch?v=g7A9HCTJqOg

Pejerreyes de avanzada 

Nuestro guía fue Esteban, de El Repollo, quien nos contó que el ámbito no había vuelto a ser relevado para pejerreyes desde el final de la pasada temporada, en tanto sí habían dado días atrás de nuestra visita con enormes tarariras. Como llevamos equipos para ambas especies, nos propusimos arrancar con las flechas.

Solo basta hacer 100 metros para tirar líneas al agua e iniciar el garete. Contamos con un lindo viento de 20 km para que nuestro trucker de 8 metros gareteara de forma pareja, con el ancla de tolete para regular la deriva.

De entrada el juego quedó planteado: los dientudos estaban a la orden del día y la clave

para dar con los pejes pasaba por tratar de encontrar una profundidad en donde pudieran comer las flechas sin ser anticipadas por los dientudos. Así, tras sacar algunas zapatillas a 30 cm de brazolada, las acorté a 15 cm y entonces sí las boyas pudieron navegar tranquilas hasta que cada pique fue de pejerrey. Activos como el que más, el pejerrey en este espejo come de forma franca, marcando muy bien el pique con llevadas laterales, o decididamente parando la boya. A diferencia de los dientudos, el peje no las hunde.

Nota publicada en la edición 522 de Weekend, marzo de 2016. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

03 de marzo de 2016

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Wilmar Merino

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